miércoles, 30 de enero de 2013

Sexy Zodiacales Signos de Puntuación


Cuando estaba en el primer año de la escuela primaria recuerdo muy bien que la maestra esforzándose porque los pupilos domináramos los signos de puntuación, nos ponía a identificarlos mientras ella leía, así cuando hacía una pausa corta los niños decíamos –coma-, pausa larga y decíamos –punto- , en una lista de elementos identificábamos comas intermedias, al terminar una oración y cambiar de tema era obvio el punto y seguido. Además tenía una tonadita muy especial para terminar el texto, entonces nos apresurábamos a decir –punto final-.
Ya en los siguientes grados y sin el entusiasmo de la maestra de primero, aprendimos a afinar el oído e identificar, el punto y la coma, los dos puntos y los puntos suspensivos, era como pasar al siguiente nivel de dificultad en el juego... al que por cierto, muchos no dominaron.
Así como hay personas que cuentan las líneas de la acera cuando van caminando, o se fijan en los zapatos de las demás personas, o identifican el perfume que el otro usa, etcétera, yo empecé a notar y registrar cómo las personas utilizan al hablar los signos de puntuación: comas, punto y seguido; punto y coma, dos puntos, puntos suspensivos, punto final, interrogación, admiración, paréntesis y comillas. Y como si se tratara de un zodiaco, aquí algunas características según su signo (de puntuación) dominante:

Coma,
Las personas cuyo signo dominante es la coma, se debaten entre la generosidad y la indecisión, generalmente dan un poco más no sólo de lo que se espera sino de lo que se les pide, por ejemplo: ¿me dice cómo sé si ya estoy en la calle de Tacuba? Y la persona de este signo te respondería: -Claro, notará la estatua del caballito, el museo nacional de arte, la calle del senado, el metro Allende, el restaurante los girasoles, el palacio de correo -…. (los puntos suspensivos son de quien esto escribe, porque es el opuesto de este signo como se verá más adelante) en este alarde de generosidad, la persona que preguntó ya lleva caminando 50 metros porque entendió, pero el informante, casi a gritos, le sigue enumerando,:  … a esquina con Motolinia, el Banco de México, enfrente Bellas Artes…… etcétera. Por otro lado, su característica de indecisión la muestra cuando se le pregunta algo como ¿qué tipo de comida te gusta? Y las personas bajo el signo de la coma empezarán con cierto movimiento de la cabeza de una lado a otro como campana, con respuestas como: -la tailandesa, la italiana, la china, la francesa, la mexicana, la española, la casera…. Y seguiría su larga lista sin dejar entrever siquiera algún común denominador o preferencia. Las personas regidas bajo este signo suelen ser, generosas, indecisas, imaginativas, inseguras, dependientes, extrovertidas, redundantes e iterativas. En cuanto a su vida de pareja, es precisamente así: pareja: sin sobresaltos, sin subidas ni bajadas, repetitivas, normalmente no se quedan solas, porque sus preferencias y expectativas las llena cualquier perfil, muchas veces no se nota el cambio porque su nueva pareja es igual a la anterior, sólo que se peina diferente. Aseguran que el tiempo es cíclico, que estamos condenados a repetir una y otra vez lo que nos ha sucedido en el pasado y de no ser así, tiene una larga lista de razones para que así sea. Suelen ser coleccionistas, tienen todas las versiones de un objeto, el cual tienen en cada uno de los colores que el fabricante ha lanzado, con diferencias tan intrascendentales que sólo ellos mismos encuentran interesantes de coleccionar.

Punto y Seguido.
Cuántas veces nos hemos encontrado con conversaciones en las que una persona dice: tajantemente: -y ¡ya!, aunque por otro lado….· o aquellas que dicen, -Ahí terminó. Pero eso no es todo…..”. Bueno una persona cuyo discurso es así, es que está regida bajo el signo del Punto y seguido. Estas personas se caracterizan por redundar en las ideas, (o en su única idea), parece que cuando ya habían dicho todo, se acuerdan de lo que sucedió a continuación. O abren un nuevo capítulo que ya no es tan interesante, o no te contaron lo más importante, sólo querían que te engancharas en su conversación, es decir, abusan de su signo para mantener tu atención y reservarse lo sustantivo para más adelante. Te ilusionan porque cuando crees que ya terminó su conversación, apenas están en uno de los peldaños para mantenerte atento. Estas personas, generalmente son hábiles, tienen capacidad para tener toda la película en su cabeza y dosificarla a su gusto, llegan a ser manipuladoras, pero también interesantes, ya que cuando encuentran a su público destino (target dice mi sobrino el de marketing) suelen dar una completa lección y compartir el estado del arte del tema que dominan. Nunca cierran círculos de verdad, en su vida amorosa, se encargan de que el mundo se entere de que ya terminó “definitivamente” con su pareja anterior, pero vive para los reencuentros, pues encuentra que le faltaron experiencias por vivir o áreas de vida por explorar, abriendo e intercalando nuevos capítulos con diferentes parejas a las que le entrega noches de elevada intensidad porque cuando parece que el encuentro sexual terminó, tiene una nueva ocurrencia, como para empezar de nuevo de esta forma aunque sea mayor la expectativa que el acto en sí, cumple su cometido de mantener enganchada y atenta a su pareja.

Punto y coma;
Las personas regidas bajo este signo, no solamente presentan las características de los dos signos anteriores, como son Indecisión, generosidad, habilidad y manipulación, sino que agregan un alarde y cierto aire de saberlo todo, aire que al moverse deja volando miles de residuos del pajar. Estas personas mantienen tu atención, utilizando una refinada búsqueda de sinónimos así para describir una obra de arte, pueden usar, “bella, excelente, excelsa, sublime; lúgubre, tenue, discreta, retadora.” Nótese el punto y coma para cambiar de una serie de adjetivos a otra.
Las personas dominadas por este signo suelen reunir la característica repetitiva de las personas bajo el signo de la coma, pero con una estrategia de enganche como las personas del signo punto y seguido, entonces pueden manipular para mantener la atención de su interlocutor pero además saturarlo con series de términos equivalentes logrando así una disonancia entre querer quedarse a escucharle y salir corriendo ante un bombardeo de paja innecesaria. Se puede notar que alguien está regido bajo el signo del punto y la coma aún sin escucharlo, basta ver sus ademanes durante su conversación, van indicando con movimientos circulares de una mano la serie de elementos que enumeran, luego del punto y la coma con la otra mano van haciendo el mismo movimiento de enumerar una serie ahora distinta. Por ejemplo, al preguntarle si quiere una taza de café, con una mano empezará a indicar que el café es bueno, activa la circulación, eleva el nivel de alerta, es aromático, con un poco de crema, endulzado se potencializa su sabor; (y con este punto y coma, cambia de mano y enumera lo siguiente) te quita el sueño, provoca taquicardia, acidez, endulzado se pierde su esencia, no debe hervir, agregarle crema disfraza su aroma…….y así sigue. Se cuenta que el exceso en el dominio de este signo puede confundirse con bipolaridad y acentuado con personalidades múltiples. Su vida amorosa y sexual suele ser intensa, variada, imaginativa, creativa, pero cansada, exagerada y poco congruente, en su característica de innovador, cae en el extremo de lo impredecible y por eso sus parejas luego del encanto toman previsiones o distancia para no quedar encerrados en una dinámica original, estimulante; pero incómoda por tormentosa, impredecible e inestable.

Dos puntos:
La principal característica de las personas de este signo es la siguiente: anuncian su idea.
Así como está escrito en la oración anterior, la inseguridad de las personas bajo este signo se manifiesta con frases como: “pero te digo una cosa:….”, “lo que pasa es lo siguiente:…….”, “hay algo que tú no sabes:….”, “ocurre por dos motivos: ….”, “ni te imaginabas lo que viene:…..”. Y en esos dos puntos recae y resguarda toda la inseguridad, los dos puntos son un arco de confort, un espacio silencioso en el que se regocija para pasar saliva, tomar aire o hasta bostezar y tú como interlocutor, te quedas sin la capacidad siquiera de interrumpir su idea, puesto que aparenta estar a punto de soltar la gran información. De hecho hay una regla que dice que el tamaño de la pausa es directamente proporcional al peso de la información, pero indirectamente proporcional al dominio en el tema que esta persona tiene. Una característica definitoria es precisamente el aprovechamiento de las pausas y el refinado arte de estirar su duración sin romper la secuencia de la plática ni desenganchar al interlocutor. Se ha encontrado que dichas pausas no solamente se utilizan en el modo de hablar, sino también en el caminar, en el conducirse y hasta en los aspavientos: pasando a un nivel tangible el arte de estirar las pausas, muchas veces por la calle, vemos una persona que hace un alto abruptamente y ante la pregunta ¿qué pasó? (posterior a una comprensible pausa) te dirán sucedió lo siguiente: (pausa de nuevo) y darán una o dos opciones que tenían para llegar a su destino, retomando tranquilamente su rumbo. Existe un mito urbano que dice que de no dominar el arte de la pausa, éste se puede revertir y someterte, se han documentado casos de personas que quedaron hasta 20 años en estado catatónico.
En el aspecto romántico, estas personas tienen comportamientos como los siguientes: empiezan una relación y luego de semanas sin llamar, se comunican como si llevaran una pausa de cinco minutos sin verse. En lo sexual, cumplen las expectativas de quienes gustan de la dosificación de pasión, entrega e innovación: a sabiendas de que luego de unos minutos de pasión vendrá una pausa inconmensurable, seguida de una sesuda justificación directamente proporcional a la emoción de lo que sigue, pero indirectamente proporcional a la satisfacción que produce.

Puntos suspensivos...
Directamente a las personas bajo el dominio de este signo, se les identifica como las del final impreciso e insospechado. Aquellas que difícilmente terminarán una frase sin querer comprometer al interlocutor a que la complete, utilizan como estrategia dejar en suspenso su relato para que sea el otro el que cierre la idea. Los puntos suspensivos por regla se utilizan para interrumpir una oración imprecisa, para utilizarlos en lugar de etcétera y para omitir citas textuales, por lo tanto las personas bajo su dominio, antes que parecer obvios en sus oraciones, las lanzan a los demás como una granada que está a punto de estallar, los otros quedan atrapados: o dan una respuesta rápida o les explota en la mano. Las víctimas caen en esta trampa cuando escuchan oraciones como las siguientes: “ya ves lo que dice la gente, agua que no has de beber...” y el interlocutor de inmediato completará: “—déjala correr”, o en frases como “últimamente he estado yendo al gimnasio y así…” y con los tres puntos, uno debería asumir un largo etcétera como “he estado yendo al gimnasio, corro por las mañanas, vigilo mi dieta, utilizo complementos alimenticios dejé de fumar”, pero gracias a esos puntos suspensivos, uno se queda con cualesquiera de las conclusiones anteriores. Muchas veces la persona es un timador, fraudulento y hasta mitómano, pues en su manipulación de puntos suspensivos, entregará fechas de pago imprecisas, acuerdos orales ambivalentes y compromisos sin cumplimiento. Cuidado con ellos… pero los hay peores:  y estos son los que usan los puntos suspensivos al inicio, es decir, te cuentan una historia donde asumen que te sabes los fundamentos y antecedentes por ejemplo: “…botó lo que traía en manos y se regresó por donde había entrado.” Esto te compromete a saber qué traía en manos y por dónde entró…. No todas sus características son negativas, pues pueden aprovechar su signo regente para ser grandes contadores de historias, de novelas, de guiones cinematográficos, políticos (especialmente en campaña), legisladores e ilusionistas. En cuanto a lo sexual, no hay mucho más que decir, igual que en su discurso, inician algo y permiten que sea el otro el que termine (a veces en la soledad).

Punto Final.
Este es el signo de los que tienen la última palabra, estas personas poseen un fuerte carácter para que se haga lo que ellos dicen,  se les escuchan frecuentemente frases como “he dicho”, “no se diga más”, “vuelta a la hoja”, “se da carpetazo”, “se cierra la sesión”, “se declaran clausurados los….”. pero también requieren de un ambiente sumamente estructurado como para que todo quede acotado en tiempo y forma al alcance de su poder y capacidades. Quienes dominan el arte del punto final tienen una amplia visión de futuro y logran establecer rutas alternas como para minimizarlas y conducir a los demás hacia la opción o ruta previamente establecida por él, así como tener los argumentos suficientes para minimizar cualquier contraposición a lo que dice. Los más extrovertidos no dudan en verbalizar su signo por ejemplo: “he dicho que no, punto final”, “le tuve que poner un punto final a nuestra relación”…. El modo imperativo de su discurso y modo de conducirse, lo único que denota es la necesidad de contar con otras opciones, caminos alternos e ideas frescas. En el terreno sexual exigen tiempos, posturas y caricias en orden, intensidad y frecuencia exactas, son dominantes, pero insuficientes: todo el tiempo se sabe de casos en que sus parejas anhelan puntos suspensivos al menos para triplicar la frecuencia de sus encuentros. Su parentesco con el punto G, es remoto y meramente nominativo. Como se dijo antes, requieren que todo esté acotado, por eso no aprovechan ni la cuarta parte de las posiciones conocidas.

Interrogación
Los nacidos bajo este par de signos (¿?) manejan un malestar existencial y una eterna duda, dudan de donde vienen, quienes son, a dónde van. Tienen una incapacidad casi fisiológica a manejar otro gesto que no sea el de cejas levantadas hacia el centro de la frente y cuando el dominio de sus signos es mayor, desorbitan sus ojos como si nada entendieran. La cara con un gesto de ¿qué? te da una pista de una persona de este signo, pero al contestarte y recibir un ¿qué qué? te confirma de quien se trata: son aquellas personas que siempre preguntan, que viven en la regresión infantil de los tres años, donde los niños viven para preguntar ¿por qué? Y ¿para qué? “¿porqué llueve?, ¿para qué sirve el sol?, ¿porqué las hojas son verdes?, ¿por qué el hielo es frío?, ¿porqué el fuego quema?, ¿para qué sirve el suelo? ¿Cuánto mide el mar?, ¿porqué dormimos? Su principal gesticulación es una especie de aspaviento coordinado donde levantan de golpe las cejas y la frente mientras levemente suben las manos con las palmas hacia arriba, típica de preguntar ¿porqué?. Y hasta aquí entre la inocencia y la curiosidad podrían caer bien, pero las preguntas siguen y siguen, rebasando límites y barreras de espacio personal: ¿qué es esa mancha en tu cara?, ¿has oído de las enfermedades por exposición al sol?, ¿nunca te enseñaron a hacerte el nudo de la corbata?, ¿si sabías que cuadros con rayas no combinan?, ¿te han dicho que hubo una época donde ser gordita y bajita estaban de moda?, ¿te hubiera gustado ser la reina de belleza de entonces?, como si fuera algo superior a ellos, tienden a ser más inoportunos de lo humanamente soportable. Cuando llegan a darse cuenta, se preguntan y se preguntan y se preguntan, no necesariamente se responden.
Sus ventajas son que dentro de los signos de interrogación pueden residir cualesquiera de los signos anteriores y por ende a las personas dominadas por éstos. Su palabra favorita es el ¿qué? Y cuando tienen mayor experiencia logran metodológicamente enterarse del ¿quién?, ¿qué?, ¿cómo?, ¿cuándo?, ¿dónde?, método conocido como el de las cinco “w”. En su escala evolutiva, se encuentran desde aquellos que preguntan exactamente lo que se les acaba explicar, hasta los que logran generar preguntas o cuestionamientos que durante generaciones la raza humana no ha podido contestar con precisión, pasando por el que no pregunta más que la hora y dónde queda la siguiente calle.
En cuando a su vida sexual, suelen llenar de cuestionamientos a su pareja sobre el ¿cómo?, ¿dónde?, ¿por qué?, ¿cuánto? ¿porqué no?, ¿así?, ¿así tampoco? Y su gesto inquisidor se repite muchas veces en cada sesión. Estas personas no se caracterizan por cubrir grandes expectativas, pues dudan, no toman la iniciativa, preguntan lo obvio y cuestionan en lo profundo, añoran alguna vez, que su pareja los mire con signo de admiración y no tanto de interrogación. Por otro lado, se les reconoce por honrados, pues nunca se quedan con algo, ni siquiera con la duda.

¡Admiración!
La ceja arqueada, los ojos expresivos y la inocencia a flor de piel caracterizan a las personas bajo el dominio de los signos de admiración, son toda emoción, y pasión, intensidad y esfuerzo constante para dejar huella en los demás. Los signos de admiración hacen que cada frase tenga un peso emocional superior, que sea casi un grito, que sorprenda y que sea capaz de ser sorprendido, cada frase cerrada con un signo de admiración es una afirmación emotiva y un sobresalto que llena de intensos colores las grises existencias de los demás. Un signo de admiración siempre hará la diferencia: no es lo mismo decir “tierra a la vista” que decir ¡Tierra a la vista!- sobra decir que en materia de desempeño sexual, lo llenan de pasión, histrionismo y sorpresas, pero igualmente son impresionables, de forma tal que siempre es una disyuntiva, o cambian frecuentemente o se convierten en signos de interrogación o algún otro nivel inferior de signo de puntuación cual llano punto y seguido. La principal carencia de las personas bajo este signo es la estabilidad, requieren de sobresaltos para sentirse satisfechos, no pueden ir a la cama si no llevan el corazón en la mano, toman innecesariamente riesgos y luego se admiran de los resultados.

(Paréntesis)
La singularidad de las personas nacidas bajo estos signos, es que al igual que los paréntesis hacen siempre una seña con la que casi juntan las palmas de la mano y en medio de ellas sueltan alguna palabra o frase generalmente fuera de contexto o ajena al tema. Por ejemplo: mientras alguien narra: “en aquellos tiempos (sabrá Dios cuáles) se cuenta que había una doncella (ay si cómo no) que vivía en un hermoso bosque (ni tan hermoso), donde había una malvada bruja (qué miedo), que le tenía mucha envidia por su belleza y elegancia (sobre todo elegancia), de la princesa estaba enamorado un príncipe reconocido por su valentía (más reconocido por traer mallitas entalladas), …… esta persona puede ser de lo más ingeniosa y creativa para mostrar un lado desconocido, poco explorado o demasiado obvio de lo que se está platicando, sin embargo, al tercer o cuarto paréntesis que abre ya quieres vendarle la boca. No sucede solo en las conversaciones, también en las demás actividades cotidianas de su vida: puede estar en una dieta vegetariana, pero abre un paréntesis para comer carne grasosa dos días y luego cierra su paréntesis. Puede estar concentrado leyendo o haciendo una tarea, pero hace una pausa para salir a fumar o caminar un rato, siempre regresa a lo que estaba haciendo, puesto que todo paréntesis se cierra, pero hay un derroche de recursos y esfuerzos innecesario si en lugar de paréntesis, tuviera la capacidad de esperarse al punto final. En cuanto a su economía es la persona que no termina de saldar sus deudas, pues aunque tenga la intención y los recursos para cerrar un trato o saldar un crédito, abre un paréntesis para gastar en algo que le gusta y deja pasar la oportunidad de llevar a buen término algo que le agobia. Es también aquella persona que sin tenerlo, aparenta un déficit de atención, pues enciende la computadora, para trabajar y abre un paréntesis para ir por un café, en el camino se encuentra a un compañero de trabajo y hace un paréntesis para actualizarse sobre sus vidas y antes de terminar, abre paréntesis para saludar a otra persona y mientras la saluda, revisa que tiene una llamada o mensaje en su teléfono móvil, abre un paréntesis para contestar el mensaje y luego termina de saludar, termina la conversación con su amigo, va por el café y regresa a su computadora que estaba a medio encender. Ese sería el ideal: abre tantos paréntesis como los va necesitando y en perfecto orden los va cerrando uno por uno hasta regresar a la actividad que dejó inconclusa al principio. Sin embargo, ese ideal es teórico, no se sabe de alguien que sea así, pues siempre deja a la mitad una conversación, no terminan de saludar, de contestar el mensaje, ni se sirven la taza de café, o la toman ya fría, no regresan a su actividad del principio y muchas veces ya no se acuerdan qué estaban haciendo o para qué se encaminaron al pasillo.
En cuanto a su vida sexual, suelen tener parejas con las que duran mucho tiempo y con infinita paciencia, ya que en una noche de pasión, pueden vivir el combo completo de ver tres películas a la mitad, tener una cena a medias, dormitar mientras regresa y hasta volver a empezar más de una vez, por no recordar en qué punto iban, su principal ventaja es el ahorro en anticonceptivos, por la seguridad que otorga el coitus interruptus.

"Comillas"
Las comillas indican que se trata de una cita textual, que lo que se dice no es responsabilidad de quien escribe sino de alguien que lo pensó o lo dijo y que en el texto se reproducen fielmente. No es una persona carente de ideas, simplemente está imposibilitada para generar las propias, no se esfuerza en innovar si ya puede hacer uso de lo que alguien más generó. Da la impresión de contar con amplia cultura, de haber leído mucho y de discriminar finamente entre los puntos de vista de los autores, sin embargo, la realidad es que va recogiendo las minucias y muchas veces utilizando fuera de contexto los fragmentos que se graba, anota o “copypastea” de otros lugares, por ejemplo  en medio de una conversación podrá ser imperativo al decir “La filosofía implica una movilidad libre en el pensamiento, es un acto creador que disuelve las ideologías” según M. Heidegger, aunque no tenga claro quién fue o es Heidegger ni siquiera conocer si la M. es de María o de Martin, peor aún es cuando pronuncia el nombre completamente diferente hasta en su género, como en el siguiente ejemplo tomado de un caso real: ”Dormí y soñé que la vida era alegría, desperté y ví que la vida era servicio, serví y ví que en el servicio se encuentra la alegría” así lo dijo la Rabina Gran Tagora. (Sólo para quienes no recuerden el caso en los medios, la cita es de Rabindranath Tagore). En la dinámica evolutiva está en lo más alto quien puede citar textualmente un párrafo completo y responder a todas las preguntas sobre la biografía y circunstancias del autor, hasta el nivel básico donde no se toma ni la molestia de saber el origen y comienza la cita así “ya lo dijo aquel” o “como bien decía un filósofo” o “como se dice…”, muchas veces mencionando una cita cuyo autor  es por todos conocido. En ese mismo nivel evolutivo puede mezclar citas de los grandes filósofos con citas de estampitas como “amor no es mirarse a los ojos, sino mirar juntos en la misma dirección” o fragmentos de canciones populares como “pa’ que veas cual es el precio de las leyes del querer”. De cualquiera de estas formas, las personas bajo el dominio de este signo, luego de lanzar una cápsula de pensamiento, y esta no encaja en el contexto, o es una falacia, o resulta incómoda, culpará siempre al autor del que la tomó. No es piratería, aclaro, porque el dominio en el arte de las comillas, bien desarrollado, puede causar la mejor de las impresiones y tener un mejor uso que el original. Ya lo dijo Antonio Skármetta en su libro “Il postino di Neruda” “la poesía no es de quien la escribe, sino de quien la necesita” (bueno en realidad “Il Postino” es la película de 1994, que se basó en el libro “Ardiente Paciencia”, 1986, solo para deslindarme de este signo). En su desempeño sexual, ante la falta de creatividad, las personas de este signo replican lo que escucharon, vieron o interpretaron de otros, así un día pueden hacer que parezca algo extraordinario, pero después quedarse a la mitad sin poder recordar lo que seguía en el original. Suele enamorar a su pareja utilizando citas y fragmentos de otros, pero romper abruptamente el encanto al mencionar mal el autor, pretender adjudicarse la autoría o peor aún, citar de memoria sin haberse detenido a saber el exacto significado de la frase.

¿Ya sabes a cuál es tu signo regente? Conversemos unos minutos y te lo digo.