viernes, 17 de octubre de 2014

Cerrar ciclos o recorrer la eterna espiral

¿Cuándo se cierra un círculo?
¿Cerrado un círculo, no es posible regresar a él?
¿Si todo son ciclos nos renovamos cada instante?
¿Un deja vú, abre un círculo cerrado o es un bucle de la eterna espiral?

Escucho tantas veces la expresión sobre ya no le des más vueltas, cierra ese círculo que de tan geométrico me suena limitativo.  Equivalente a cambiar la página, cerrar la puerta, enterrar el pasado. La única acepción cercanamente válida me parece la que tiene que ver con terminar un trabajo, un proceso o cumplir un compromiso. Sin embargo, creo que todo trabajo terminado no es un círculo que se cierra sino un eslabón o un peldaño para algo que continúa, que crece que evoluciona. Eso me parece más una espiral, una eterna espiral.
Todo acto, pensamiento, palabra, intención del pasado tiene un efecto en el futuro, algunas no tan visibles ni obvias, pero si identificables. Todo lo aprendido y realizado tiene un efecto en la forma de comportarse en el futuro, uno puede cerrar un aburrido círculo, pero después de eso reaccionaremos de distinta forma a lo aburrido o al menos nos aburriremos de diferente manera.


En una espiral eterna, se encadenan nuestros actos, pensamientos, intenciones y van conformando una historia de aprendizaje, a la cual regresaremos voluntariamente o no cada vez que se nos presente una situación similar. Esto no tiene que ver con el desprendimiento ni con ser acumulador, porque no se refiere a objetos físicos.
Por lo tanto, cada vez que sientas que estás a punto de cerrar un círculo o que ya lo has cerrado, imagina que se trata simplemente de una vuelta más a la espiral continua, a esa cadena de experiencias interconectadas, esa columna que nos da forma y que cuenta tu historia, no como anillos individuales superpuestos, sino como un continuo acomodado en bucles circulares. Tener tu historia y experiencias unidas, identificables e interconectadas te otorga integralidad, prefiero a las personas íntegras y de una sola pieza.
A este texto se le eliminaron todos los ejemplos, estimado lector, si te place, comparte las imágenes que se te han venido a la mente.









martes, 7 de octubre de 2014

Certificación vs. Profesionalización

CERTIFICACIÓN VERSUS PROFESIONALIZACIÓN


Hace unos días participé en un taller de la OCDE (Organización para la Cooperación y el  Desarrollo Económicos) centrada en las contrataciones públicas, se trataba de compartir experiencias con al menos cuatro países que han tenido prácticas exitosas, estuvo presente El Reino Unido, Chile, Portugal y Holanda, algunas de las experiencias pueden ser útiles para México, sin embargo, no haré aquí una relatoría de la conclusiones, el tema que me llamó la atención, tuvo que ver con las preguntas de los asistentes mexicanos en cuanto a perfiles profesionales, es decir, de qué profesiones provienen las personas con mejor desempeño en contrataciones públicas, todos esperábamos escuchar que los Contadores Públicos o los Licenciados en Administración, o los Ingenieros Industriales o en mercadotecnia, etcétera, pero sin mayores complicaciones, el experto del Gobierno del Reino Unido, dijo sin ningún problema, yo ni siquiera tengo una licenciatura, hace muchos años que me certifiqué en contrataciones públicas y he revalidado dicha certificación que es la que se me exige para trabajar en las contrataciones que hace el NHS (National Health System) para confiar en que sus contrataciones se harán en las mejores condiciones de costo y calidad para el Gobierno y beneficiar a los ciudadanos o usuarios del sistema.

Durante los cuatro días del taller, a pesar de las temáticas variadas, la pregunta o preocupación flotaba en el aire, de alguna u otra forma, quienes toman decisiones en el gobierno, esperaban que los expertos internacionales es dijeran que armen sus equipos de contrataciones con Administradores, Ingenieros, Contadores o Abogados. Yo me atreví a lanzar la pregunta directamente ¿Qué es mejor, personal certificado en una competencia o profesionales con perfiles específicos?

Hace poco más de 20 años, me integré a un equipo en una pequeña oficina del gobierno federal que daba servicios de informática y computación a toda su Subdirección, las funciones que teníamos eran: desarrollar aplicaciones que apoyaran la administración de recursos materiales, de almacén, de manejo de personal y nómina, dar capacitación en el manejo de paquetería y asesorar en la mejora de procesos, adquirir año con año nuevo equipamiento de cómputo, de impresión y compra de software, el equipo estaba conformado por un Médico Cirujano, Un Ingeniero Químico, un Matemático y un Psicólogo, todos de alguna forma teníamos experiencia y cursos de programación, paquetería de software y administración de centros de cómputo, pero ninguno habíamos estudiado propiamente la carrera de informática o Ingeniería en computación. De hecho, alguna vez comentábamos: -somos la última generación de equipos multidisciplinarios que integran un área de informática- porque estaban egresando las primeras generaciones de la Carrera de Informática de la Facultad de Contaduría de la UNAM, decíamos entonces que esas generaciones vendrían a profesionalizar esas funciones en las que a veces sentíamos estar improvisando. Debo decir que quizás el más criticado era el Psicólogo, como si la computación y los sistemas fueran completamente opuestos a los estudios de pensamiento, lenguaje, memoria y aprendizaje….. pero será materia de otra reflexión. Aquel equipo durante casi 10 años siguió dando los resultados que se esperaban y más, las áreas de informática, eran un terreno fértil para aplicar ideas de diversos orígenes, por otro lado, las generaciones de egresados de la carrera de informática, los habíamos seguido esperando, no llegaban, peor, cuando llegaban eran expertos en manejo de paquetería, no había innovación.

Con el ejemplo, lo que pongo a consideración del lector, es una historia de éxito sin la profesionalización para el puesto. Pero un gran desperdicio formativo, gran parte de la riqueza de conocimientos y criterio que la Medicina, la Ingeniería Química, las Matemáticas y la Psicología otorgaban, se quedaban a un lado, para que estos profesionales dedicaran su tiempo a reaprender y desempeñar funciones nuevas. Punto en contra del Profesionalismo.

Por el lado de la certificación de una competencia, tengo que decir a su favor que los procesos (como el de contrataciones públicas) cada vez exigen mayor especialización y menos margen de innovación, desviación o improvisación. No se requiere entonces toda una formación en humanidades, en filosofía, en técnicas de investigación ni matemáticas avanzadas para seguir un manual de procedimientos, fundamentar sus bases normativas y actuar en consecuencia dentro de un ambiente controlado, punto a favor de la certificación.
En México, hemos sobrevalorado lo que es tener un título profesional, inclusive se utiliza el dicho de “estudia para ser alguien en la vida…”, afectando hacia ambos lados, quienes decidieron no hacer estudios universitarios, tanto como quien sí los hizo y ahora se le exige que por ese sólo hecho, le dé percepciones significativamente más altas que quien desarrolla un oficio o tiene especialidad técnica.

Yo no tengo la respuesta, lo que tengo son más preguntas, así que mejor dejo un par de chistes crueles para reflexionar:

1.- Cierto Político, que tenía problemas porque su hijo no se comprometía con sus estudios, va y le pide a un amigo, Directivo de la Administración Pública que le diera un trabajo de acuerdo a su bajo nivel académico para que el hijo valorara lo que es trabajar y ganarse el sueldo con el sudor de su frente….
El amigo directivo le propone: -Tengo una plaza de Director Adjunto, ganaría $85,000
El político le dice: No, lo que quiero es que gane menos
- ¿qué te parece de subdirector de área Ganaría $65,000?
- No, todavía es mucho, debe ganar menos para valorar lo que tiene…
- ¿Una plaza de subcoordinador por $48,000?
No, te agradezco mucho, pero quiero que gane si mucho $12,000 o $15,000
El amigo le contesta: -Ah no, para esas sí se requiere postgrado.

2.- Se encuentran dos señoras, muchos años después de que sus hijos fueron juntos a la primaria y comentan, para actualizarse…..
- Oye y tu hija, la grande, finalmente ¿qué estudió?
- Recuerdas que le gustaba mucho leer, ella estudió literatura inglesa, luego hizo posgrado en Londres y está terminando su doctorado….
- ¿y tu hijo el de en medio?
Ese estudió Economía, ya ves que se le daban muy bien las matemáticas y las aplicaba a la vida cotidiana, se graduó con mención honorífica y da clases en la misma universidad de la que salió.
Y tenías un tercer hijo, ¿no? el más chico
-Ah, ese, (cambia la expresión de su rostro), nunca se le dio el estudio, no lo saben mis amigas, pero le gustó la plomería y hace trabajos por su cuenta…….. pero ¡es el que mantiene a los otros dos!.