viernes, 17 de abril de 2015

Multitasking y el número mágico

Mucho se ha escrito y se ha comentado sobre las habilidades multi-tasking o multi-tareas y el medio sobre-estimulador en el que nos encontramos.

La falacia es creer que se pueda procesar información de forma central y periférica simultáneamente y por otro lado, creer que los procesos de atención pueden tener dos o más blancos exactamente con los mismos recursos y significados.

El término viene del procesamiento de la información apoyada por computadora, como se sabe, los equipos cuentan con un CPU o unidad de procesamiento central que no hace otra cosa que estar apagando y encendiendo switches, o sea trabajando en un lenguaje binario de unos y ceros. Los humanos hemos tomado como convención el sistema decimal, porque tenemos 10 dedos a la vista con los que hacemos sumas, las computadoras (ordeadores9) sólo tienen dos: el encendido y apagado, estos son ceros y unos, en las primeras generaciones de las computadoras, sus procesadores eran lentos y se dedicaban de lleno a una sola tarea, quienes hemos vivido de cerca la evolución de los últimos treinta años de la computación, podemos ser testigos de un crecimiento desbordante de la capacidad de los procesadores y la capacidad para manejar grandes cantidades de datos, así como la velocidad para su almacenaje y recuperación.

La aparición de las microcomputadoras o computadoras personales, en la segunda mitad de la década de los años 70 del siglo pasado y su popularización a mediados de los años 80, fue un logro similar al de llevarse la Biblia a casa y no tener que estar en el templo para escuchar las lecciones escogidas por alguien más. Casi para fundar una nueva religión.

El siguiente salto cuántico fue la posibilidad de conexión a redes colaborativas y con la puesta a disposición de internet al hombre de la calle, se le entregaron las llaves de todos los templos (del saber por lo menos). Para entonces las capacidades de manejo de datos ya había crecido exponencialmente, por ejemplo durante todo el quinto semestre de la carrera yo utilicé tres diskettes de 360 kilobytes, los insertaba en computadoras personales que no contaban con disco duro, en el diskette uno, yo traía el sistema operativo MS-DOS que servía de arranque, el diskette dos, contenía un programa denominado WordStar que era un procesador de textos y el tercero era el disco con todos mis escritos, tareas y ensayos, todo ese semestre no necesité más de 360 kb de espacio para los medianamente extensos textos que escribía y luego llevaba a imprimir casi siempre a otra computadora que estuviera conectada a una ruidosa impresora.

Sólo para mostrar un paso intermedio ya en los años 90 elaborar una carta de una cuartilla de extensión con los logotipos de mi trabajo, podía ocupar medio Megabyte (0.5Mb), es decir una cuartilla ya no cabría en el disco que cinco años atrás almacenó todos mis documentos de un semestre. Porque dicho sea de paso, a la par que los equipos crecen en capacidad, rapidez y espacio, igualmente el software se hace más pesado, requiere más espacio y se vuelve obsoleto en periodos más cortos, se le llama la espiral tecnológica, un equipo (hardware) con mayor poder y capacidad, requiere programas (software) cada vez más sofisticado que necesita más espacio y recursos en general de los equipos de cómputo. Así una computadora personal ya contaba con un disco duro de hasta 10Mb.

Cinco años después había yo adquirido una memoria USB con capacidad de 16 Megabytes, es decir un dispositivo del tamaño de un llavero  donde cabía perfectamente todo el contenido de computadora y media de las que aún se usaban en mi oficina.

Hace poco tiempo que utilizo un disco duro externo de 1 Terabyte, aquel término que veinte años antes parecía solamente teórico, un millón de Megabytes. Y ese dispositivo es apenas del tamaño de una tarjeta de crédito con mayor grosor.

Pero si de esa forma es como han crecido las capacidades de procesamiento de información, dieron paso a los ambientes multitareas, o procesamiento en paralelo, es tan simple la idea como que si una llave de agua está abierta y tiene la capacidad de llenar 80 recipientes de agua en un segundo, pero mi demanda es de apenas 20 recipientes, puedo en lugar de mantener la llave abierta y tirar el agua, formar cuatro líneas de recipientes y llenar uno de cada línea, así parece que en lugar de llenar una sola línea de 80 recipientes, en realidad estoy llenando 4 líneas y si cada una es de un cliente diferente y para usos diversos entonces parece que realizo cuatro tareas diferentes con los mismos recursos que tenía disponibles al principio. (nótese que para este blog evito a toda costa tecnicismos).

La mente funciona de forma similar, tiene un continuo de percepción (entrada de información), procesamiento de la misma (pensamiento) y salida de información (soluciones o respuestas mediante el habla o conductas manifiestas), pero dije de forma similar por que más que similitudes, la mente presente diferencias con el proceso de información de en las computadoras, principalmente porque hay un proceso voluntario de atención y procesos involuntarios (o casi) de cuestionamiento y almacenamiento de datos. Entonces el procesamiento de la información en los humanos, si se trata de fraccionar en diferentes tareas, exigen un esfuerzo voluntario o no, de relacionarla y darle significado, esto último es lo que aún no conseguimos con las computadoras.

Al estar dándole significado a la información se pueden obtener resultados extraños, porque más que una colaboración o complemento para la adquisición de conocimientos lo que se da es obstrucción, más que beneficios se crean obstáculos.

Se hizo un experimento de disonancia donde al sujeto se le proporcionaba información diferente por el audífono izquierdo y diferente por el izquierdo, encontrando que había un oído dominante (en lo cual no me extenderé aquí) es decir, la información que se fijaba en la memoria era la de uno de los oídos más que la otra, generalmente la que para el sujeto es más significativa, por ejemplo, si al sujeto lo que le interesa son los deportes, la información retenida era la que tocaba ese tema, a diferencia del sujeto que le gusta el arte, retenía la información del otro canal. Pero el estudio arrojó también que la información de uno de los oídos le da contexto a la información recibida en el otro, por ejemplo si la oración proporcionada por un oído es “Juan se encuentra desde hace dos horas en el banco”, era retenida e interpretada como un banco para sentarse si en el otro canal se hablaba de sillas o parque; en contraste si en el otro canal se aportaba información sobre banqueros, indicadores financieros, cambio de divisas, etc. El sujeto le daba un significado completamente diferente a la oración.

Y esto sucede con las personas que el día de hoy se presumen multi-tareas y que la tecnología les permite ver una película mientras se comunican por mensajes de texto en un Smartphone, hojean una revista y escuchan música, toman nota y creen estar pendientes de conversaciones en vivo, o peor aún conducen un vehículo, esto además de poco sustancioso, pues en ninguna de las tareas se concentra lo suficiente para lograr adquisición real de conocimientos o desarrollo de nuevas habilidades ni suficiente memorización, representan peligros, pues una de las tareas exigirá por momentos el 100% de su atención y descuidará todas las demás.

Correr y escuchar música no es multitasking, es acompañamiento de dos actividades semiautomáticas, pero manejo de maquinaria y escribir mensajes o mirar videos en una Tablet, es una mala combinación, pero aún conducir un vehículo y hablar por teléfono, en momentos cada una de las actividades requieren el 100%, por eso los reglamentos de tránsito lo prohíben.

Si bien, la capacidad de la mente humana para nuestro regocijo sigue siendo superior a la de cualquier computadora, especialmente para emitir opiniones, encontrar soluciones y manejar información significativa, tenemos que reconocer que en cuanto  manejo e datos las computadoras son una herramienta como extensión de la memoria que se ha fortalecido con los avances tecnológicos, por eso es capaz de manejar más información que nuestro limitado número mágico de 7 +- 2, aquel descubrimiento de la Psicología cognoscitiva que establece que podemos recordar hasta siete unidades de información, sean números, letras, palabras, cifras, nombres o frases, cualquiera que sea la unidad de información, somos capaces de manejar 7 +-2 o sea desde cinco y hasta 9, si me dan a memorizar 10 números, con toda seguridad recordaré los primeros 7,  si lo que me dan son nombres de personas o países, recordaré los primeros siete, si en lugar de una serie de números, me dan números telefónicos, esa será mi nueva unidad de información y podré recordar hasta 7 +-2 y así. La multitarea es un engaño o una habilidad menor de algunas personas para partir sus procesos mentales (percepción, aprendizaje y memoria) y utilizarlos al 100% durante pequeños lapsos en diferentes actividades, una a la vez, no para manejar varias tareas complejas con el mismo rendimiento.