miércoles, 17 de agosto de 2016

Libertad: dificultades para irnos respetando


Escucho que en una playa francesa se ha multado a dos mujeres por utilizar el burkini (traje de baño que cubre todo el cuerpo excepto cara, manos y pies), la razón es que su origen es de sometimiento y esclavitud de la mujer, lo que es incompatible con los valores de libertad que en Francia se profesan. Además se arguyen cuestiones de higiene y de seguridad, en esa playa manifestar públicamente una preferencia religiosa puede provocar algún tipo de ataque.

¿Y si se diera el caso de que las mujeres musulmanas utilizan el burkini en Francia como una elección? Si portan ese traje de baño porque así lo decidieron, sin detenerse a pensar demasiado en su origen, ni si es propio o impropio. Entonces las autoridades francesas estarán incurriendo en lo mismo que quieren evitar: limitar la libertad de las mujeres para vestirse como ellas decidan. Y las mujeres musulmanas pasan a ser doblemente castigadas o victimizadas, una imposición para vestirse de una forma que no enseñen más centímetros de piel que los que la burka deja al aire y una vez implantada esa forma de vestir, son sancionadas por otra ley que les impone no vestirse así como se les ha exigido todo el tiempo.




Imagen tomada de http://www.telam.com.ar/notas/201608/159175-burkini-cannes-francia-islam-multas.html

Pienso en las antiguas mujeres chinas con pies de flor de loto a quienes se les exigía por cuestiones de estética tener el pie diminuto, canon de belleza que sólo se lograba con un forzado ajuste y deformación o rompimiento de los huesos y posterior vendaje para que no midieran más de 7.5 centímetros. Sin embargo, luego de que aquellas mujeres adoptaron la costumbre de reducirse el pie, se les prohíbe tal transformación estética.

Imagen tomada de http://www.zocalo.com.mx/seccion/articulo/fotos-las-ultimas-mujeres-que-viven-con-los-pies-vendados-1402104967



El punto aquí no es la estética sino la libertad, la primera no debería afectar a la segunda, la belleza femenina no debería ser modelada por imposiciones ni por prohibiciones. La libertad se debe respetar aunque no estemos de acuerdo con la elección del otro.






jueves, 11 de agosto de 2016

Procesadores de Texto: Progreso y Frustración

La consigna es TXT ASCCII ANSI sí, DOC y  RTF no

Una vez me comentaba una amiga: yo tuve una época de escribir mucha poesía, pero ahora que localicé los discos no recuerdo la contraseña que le puse a los documentos en Word.

Y es que el avance tecnológico nos ha hecho que sea más fácil guardar grandes volúmenes de información, pero a la vez, más fácil perderla para siempre. Un claro ejemplo fueron los formatos de video guardados en cintas, cuando apareció la tecnología VHS, sustituyó a la versión BETA, a pesar de que BETA guardaba con mejor calidad, la decisión de los consumidores y comercializadores fue preferencia a las VHS porque permitían almacenar más minutos de video, ahí sacrificamos calidad por cantidad.

En el mismo sentido dimos un gran salto tecnológico al pasar de los video casetes VHS a los CD (discos compactos) y DVD, (Disco Versátil Digital), por supuesto que pasar a imágenes digitales que no presentaban rayas al reproducirse y que al ponerles en pausa era posible ver una imagen amplia y detallada sin distorsión, mejoró la experiencia del ver video, pero fue bien sabido también que los materiales con que se elaboran los CD´s y DVD´s luego de cinco años se van degradando, especialmente si se dan ciertas condiciones de humedad, luz directa y hasta por la manipulación de los mismos, así como antes los discos fonográficos se rayaban en sus surcos y la canción brincaba o se repetía, ahora un rayón o grieta en los CD’s simplemente arrojaba el mensaje de “Error Disc”, cundo esto se descubrió al inicio de la década del 2000 a 2010, las compañías fabricantes de discos compactos simplemente dijeron que sus productos garantizaban guardar y leer información digital, no necesariamente su duración a más de cinco años. Y esto no es mito, los respaldos de información que hice en la oficina durante la segunda mitad de la década de los años 90’s ya no eran recuperables para 2010. Se fueron a la basura torres completas de discos compactos descoloridos. Que no la información valiosa, porque para entonces ya habían aparecido los discos ZIP, las memorias USB y los Discos Duros Externos, la única ventaja de esas nuevas tecnologías es que pude mantener mi trabajo.
En el año 1999, tuvimos la alerta del error del año 2000 o Y2K, en el que se nos explicaba que los sistemas desde los años 60’s habían reservado sólo dos bytes para la fecha, así en lugar de 1986, las computadoras sólo guardaban 86, ya para 1998, se contaba el caso de una anciana nonagenaria que recibió una invitación para inscribirse al kínder, pues la selección de destinatarios se había realizado para aquellos nacidos posteriores a 1995, como la anciana nació en 1898, la computadora no podía distinguir entre 1898 y 1998, eso era lo anecdótico, porque lo apocalíptico era la sospecha de que los sistemas de aviones se detuvieran en pleno vuelo, los bancos colapsaran por sus operaciones en cajero automático y otros sistemas de salud como monitores de signos vitales en hospitales mandarían mensajes extraños o dejarían de funcionar. Yo ya trabajaba para el gobierno federal y se formó un comité para revisar el error Y2K, tuvimos que hacerle pruebas a todos nuestros equipos de cómputo y revisar nuestros sistemas, los meses que ese comité duró, sirvieron sólo para generar un archivo .bat (ni siquiera un programa serio ni aplicación compleja) que adelantaba la fecha de los equipos para saber si eran capaces de representar la fecha 01/01/2000, sobra decir que ninguno colapsó.

La preocupación que motiva este texto, es la trampa que la espiral tecnológica nos impone para preservar nuestra información, cada vez más codificada y compleja de recuperar. Ya no sobre los videos Beta, VHS o DVD, sino nuestros escritos, esbozos, proyectos, poemas, relatos, es decir, textos planos. Se lo dije al presentador de la versión 98 de Windows, “eso que presenta como mejoras son errores que ya habíamos reportado a Windows 95… nos viene a ofrecer que compremos un producto como nuevo, cuando en realidad es uno menos defectuoso…”. El presentador-vendedor, dijo al auditorio que se trata de actualizaciones al sistema operativo. Y lo tuvimos que comprar, porque usábamos Word y Excel y nuestros nuevos documentos ya no podrían leerse en la versión anterior del sistema. Luego vinieron nuevas actualizaciones que también tuvimos que comprar: Windows Milenio, Windows XP. Windows Vista, Windows 7, Windows 10 y así.

Las actualizaciones lo que han hecho es que nuestros archivos (y me oriento a archivos de texto) ya no sean legibles en las nuevas versiones de sus sistemas. Yo era feliz cuando todos los escritos de mi quinto semestre de la carrera los portaba en un disco flexible de 360 kb, mismo que además de los escritos contenía el programa WordStar, así que llevaba en ese hoy risible disco, tanto mi procesador de textos como todos mis textos, antes de WordStar usaba yo el editor de textos de Sidekick, pero la necesidad de poner negritas, cursivas y subrayados me hizo pasar al nuevo procesador. Esos dos editores de texto, me permitían ver e imprimir los documentos aún sin el programa, pues el texto era transparente y con un simple comando en el monitor monocromático como “c:>type tarea.txt” o “c:>print tarea.txt to prn” podía prescindir de software caro. Pero WordStar era muy básico, apareció WordPerfect y permitía integrar cuadros, líneas, tipos de letras más elegantes, paginación y texto rodeando imágenes o gráficas y tuvimos que mandar a descansar WordStar. En esos tiempos para transcribir un libro de estadística, les di capacitación a unas compañeras estudiantes que hacían servicio social para manejar el sorprendente procesador de textos Chi-Writer que permitía introducir nuevos caracteres, símbolos matemáticos y hacer grandes corchetes y paréntesis además de varias líneas para números quebrados. Luego apareció Word y cuando Microsoft lo integró a su suite llamada Office, se volvió hegemónico y todos tuvimos que utilizarlo, para entonces ya no podíamos leer los archivos escritos en Word Perfect, WordStar y mucho menos Chi-Writer, sólo aquellos escritos en formato plano o sea .TXT.


Imágenes tomadas de http://franciscomeza1.blogspot.mx/p/historia-de-los-procesadores-de-textos.html


Word hizo maravillas, editamos contenidos de libros que se iban directo a la imprenta digital, pues los cuadros, fotos, imágenes, tablas, nuevos tipos de letras (fuentes) paginación, etcétera, antes sólo podíamos hacerlo con software categorizado como Publicador el más utilizado era Ventura Publisher y otro que daba batalla era Harvard Graphics. El hegemónico Word los mandó al olvido, de donde los traigo para mencionarlos aquí. Sin embargo cuando a un documento de Word se le da la instrucción aquella de “c:>type tarea.doc” sólo se ven caracteres raros, pocas veces podían leerse algunas líneas del texto original. Así que nuestros documentos tendrían tanta vida como lo permitía la versión 6.0 de Word. Este súper equipado procesador de textos que necesitaría espacio equivalente a unos 10,500 discos como en el que llevaba yo mis tareas del quinto semestre para operar, tiene otra bondad: permite guardar los documentos con contraseña, así asegura uno la confidencialidad o privacidad de los escritos, con la advertencia de que una vez perdida la contraseña, estará perdido también el documento. Esto es similar a que los originales de los grandes libros de la literatura universal estuvieran en cajas fuertes inaccesibles porque la llave nunca nos la dejó  Gutemberg. Y en el momento de abrirlos forzando la caja, se dañarían irremediablemente como dice Dan Brown que pasaría con los documentos que Da Vinci dejó en tubos de cristal con codificaciones secretas.

Así es como esta amiga perdió todas sus poesías, por no recordar la contraseña y así es como somos presos de la espiral tecnológica que nos lleva a comprar las nuevas versiones (la corrección de errores de la versión anterior), mismas que requieren una mayor memoria y capacidad de procesamiento de los ordenadores o computadoras. En una frenética y absurda carrera del consumismo y la obsolescencia programada. Llámenla sin reírse: progreso.(negritas y subrayado usadas como sarcasmo)