jueves, 8 de marzo de 2012

Cambio a web punto com

Todo por servir se acaba, dice el sentido común y acaba por no servir diría el vulgo.

Cada vez que uno es servido, atendido con deferencia, blanco de una amabilidad, generalmente al menos por educación se dice gracias palabra mágica, hermana del “por favor” y prima del “con permiso”. Suele ser fácil expresar agradecimiento cuando el bien recibido es tangible, contable, medible, no así cuando la amabilidad y la deferencia te la ha dado la vida.
Muchas veces la principal razón para no recibir algo, es evitar o esquivar la reciprocidad y compromiso posterior de retribuir, redituar o agradecer. Y ahí andan las personas por la vida dejando manos extendidas, puertas abiertas sin cruzar, corazones en carne viva y banquetes sin degustar. Decisiones conscientes o no, pero elecciones a partir del libre albedrío.

¿Qué pasa cuando no es tangible lo recibido, no es medible ni replicable? ¿Agradecer qué?, ¿agradecer a quién?, ¿un cambio en las circunstancias de la vida no merece agradecimiento?, ¿un cambio forzado, no involucra elección?

Un cambio conciente y por superficial que sea involucra decisiones propias, golpes de timón, probar nuevas rutas, escoger estrategias no lineales para resolver tareas cotidianas, cambiar la orientación de la silla propia o el color del cabello, de la ropa, nudo diferente de corbata o de las cuerdas de los zapatos. Al final de cuentas todas esas alteraciones a las actividades diarias implican un cambio que demanda poca energía y que no tiene efectos visibles ni perdurables, se encuentran  delimitados en un marco de referencia muy específico. Un cambio profundo, como salirse del marco de referencia, entonces implicará un desgaste mayor de energía para acciones tan cotidianas y automáticas como el arreglo personal o la orientación de la silla.

Los cambios profundos, las circunstancias que cambian de golpe, los marcos de referencia y paradigmas agotados aparecen tarde o temprano en nuestra vida. Como si fuera una bóveda que nos ha proporcionado confort y seguridad durante algún tiempo, repentina o lentamente se derrumba, se pulveriza, se esfuma o volatiliza. Sólo  si se tuvo la planeación y anticipación el cambio será suave, sedoso, sin amenazas. Pero  el cambio abrupto, no planeado, sorpresivo de las condiciones de comodidad y seguridad, es el que alguna o algunas veces llega y pone a prueba de qué estamos hechos y exige generalmente reinventarnos. Ese es el cambio que coloquialmente quiero llamar “ cambio a web punto com”.

Al llegar ese día,  se pone a prueba la capacidad del ser humano, para enfrentarse, para levantase si se ha caído, para demostrarse que se puede, para armar de nuevo el volátil nicho de confort.
Así que cuando las circunstancias cambian, cuando el marco de referencia caduca o el paradigma se agota, antes que mostrarse sorprendido, habrá que mostrarse agradecido, pues la vida da esa oportunidad de reinventarse, de reconocerse, de reponerse, de renacer, fortalecerse y de abrirse camino, de agradecer la transformación, pero sobre todo agradecer la oportunidad de haber estado todos esos días dentro del confort y la seguridad que tienen que replantearse.

Estado de ánimo:  Agradeciendo cada minuto vivido y rescatando la fortaleza cultivada durante los días de confort, cambio indispensable.