El objetivo de los Primeros Auxilios
Psicológicos es dar apoyo inmediato a la
población afectada, para disminuir el impacto del incidente crítico, facilitar
la identificación de sus capacidades para hacer frente y encauzar el regreso a
la vida normal, contando con esta experiencia para aumentar su seguridad y
conocimiento para el futuro.
En niños de 3 a 9 años, lo recomendable es lo
siguiente:
•Contener, evitar que sigan en llanto o que
se salga de control manifestaciones mayores de estrés y ansiedad
•Calmar: Permitir que hagan algo que los
distraiga, como dibujar, jugar, acercarlo en lo posible a sus juguetes
•Informar: cuando su edad ya es mayor a 9 -12
años, se le debe informar lo sucedido con el fin de que no saque conclusiones
erróneas, ni asigne culpabilidades.
•Normalizar, que no se sientan los únicos que
están afectados o que sólo ellos tienen temor, explicar que los adultos también
se han afectado aunque no lo demuestren igual.
•Consolar, tendrá que aceptar paulatinamente
su pérdida, pero debe sentirse seguro y protegido por los adultos que en su
vida son significantes como padres, tíos abuelos.
Imagen tomada de http://endimages.s3.amazonaws.com/cache/61/2a/612af45da6c370b2889013dc9744a9d8.jpg
El objetivo de los Primeros Auxilios
Psicológicos es evitar que el Trastorno
por Estrés Agudo (que se da por enfrentar un evento crítico, como por ejemplo un sismo, que es
de gravedad importante, pero remite en pocas horas) no se convierta en
Trastorno por Estrés Postraumático (grave, de respuesta a un evento excepcional,
no remite sin ayuda profesional y los síntomas duran más de un mes, requiere
ayuda profesional)
En adolescentes se recomienda:
– Entender que ya previamente pueden estar
presentando confrontaciones con los adultos, viven a su modo la incertidumbre y
estrés, mismo que se suma al que ya traían naturalmente por los cambios que se
llevan a cabo a su edad.
–Ayuda mucho dejarlo con sus similares, que se
desahoguen y apoyen con los amigos y compañeros de su edad.
–Invitarlos a participar en las tareas de apoyo a
los demás, se debe cuidar especialmente que no inicien o se incrementen los
consumos de alcohol o drogas (esto igual que con los adultos).
Los adultos deben ser escuchados sobre sus
inquietudes y resolver todas las dudas para evitar rumores y que no se genere
pánico, darles la explicación de los recursos con que se cuenta, (los
albergues, los centros de información, líneas telefónicas, portales
informativos, apoyos por las autoridades), explicarles que el susto, el impacto
es normal que les dure unos tres días, pero que todo tenderá a normalizarse y
que ellos mismos propiciarán el regreso de su vida a la normalidad
Las reacciones normales que pueden presentar los
adultos pueden darse en varios campos:
–(cognitivos) aquellos que les hacen dudar de
su memoria, de lo que conocen, de la noción del tiempo.
–(físicos), mareos, náuseas, agotamiento,
baja energía, temblores, dolor de cabeza, espasmo muscular.
–(conductuales) agresividad, mecerse mucho,
gritar, tirarse al suelo, golpearse.
–(emocionales) reacciones de angustia, crisis
de ansiedad, miedo, pánico, embotamiento.
Debe tenerse presente que si estos síntomas duran
más de cuatro semanas deben consultarse con especialistas para poder superar el
incidente crítico.
Los adultos a partir de sus propias
capacidades, se deberán integrar a las labores de ayuda y superar el incidente,
ya sea apoyando en la distribución de agua potable, víveres, ropa, organizando
los espacios para pernoctar, invitándolos a cuidarse, no dejar pasar las horas
de comida y tratar de dormir las horas que su cuerpo pida, en caso de que el
nerviosismo no los deje dormir, invitarlos a descansar y mantener su higiene
personal, todo abona para la salud.
Finalmente debe evitarse que el incidente deje
secuelas, habiendo aceptado que todos presentan síntomas o molestias por el
incidente vivido, que se sientan seguros y protegidos por los primeros tres
días y tiempo después por los apoyos menos cercanos, como folletos, teléfonos
de ayuda, líneas de ayuda psicológica, grupo coordinador de apoyos en el
albergue y buscar ayuda si pasadas las cuatro semanas, siguen
hablando todo el tiempo del incidente, se les repiten en el pensamiento las
escenas del sismo, tienen dificultad para conciliar el sueño.
Proponerles que ellos son parte importante de la
reconstrucción no solo de sus casas y comunidad, sino de regresar a la vida
normal y alcanzar una superación al poder capitalizar la tragedia para estar
prevenidos, capacitados para eventos similares, aprender estrategias mínimas de
rescate y valorar la maduración y aprendizajes obtenidos para entender que los
eventos críticos como desastres naturales suceden, pero la vida continúa.
Con base en el curso Primeros Auxilios
Psicológicos de la Universidad Autónoma de Barcelona.
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