El planeta tierra se defiende,
llegó al punto de saberse infectada, contaminada y gravemente intoxicada por
otro ser vivo a quien hospedó durante mucho tiempo, con quien propició una
relación simbiótica transformada después en comensalismo y parasitaria
posteriormente. Ese es un ser minúsculo que para el planeta podría parecer
unicelular, cuyo tamaño y limitaciones físicas seguramente no lo convertirían
en amenaza. Para las dimensiones del planeta Tierra 6.600 trillones de
toneladas de peso y sus 6,371 millones de kilómetros de extensión, el diminuto
ser que en promedio mide de 1.5 a 2.0 metros y pesa alrededor de 80 kg. Sin posibilidades
de volar, de desplazarse por sí mismo ni una vuelta alrededor del planeta, cuyo
periodo de gestación es de hasta nueve meses y salvo algunos casos, tiene una o
dos crías, parecería inofensivo, pero fue dotado de inteligencia y empezó a
pasarse de listo: se las ingenió para volar, para aprovecharse de todos los recursos
del planeta, con los renovables no había problema, pero abusó también de los no
renovables, perforó, inundó, cambió selvas por plantíos, bosques por madereras,
agotó el agua dulce, usó de vertedero universal a los océanos, obscureció el
aire, derritió los glaciares, extrajo y quemó tanto combustible fósil como pudo
y en aras de su comodidad, modificó la orografía e hidrografía de todo
territorio a su paso.
Imágenes tomadas de https://escuelaeuropea.org/sites/default/files/inline-images/covid19_1.jpg y www.pinterest.com
Ahora estamos haciendo de todo
para librarnos de este bicho, una sacudida no es suficiente porque se aferra,
el planeta no ha logado que el humano entienda la lección con movimientos
sísmicos; beber mucha agua tampoco ha logrado eliminar al virus, así como las
inundaciones y tsunamis dejaron sobrevivientes humanos. Una reacción del
organismo humano es elevar su propia temperatura como respuesta a una
infección, pero los años de calentamiento global solo han hecho que utilicemos
más recursos para generar energía que nos refresque y refrigere nuestros
alimentos. En fin, se podría decir que lo que sigue es una medida radical, la
eliminación total del patógeno, pero años de estudio de los procesos naturales
nos han enseñado también que cada ser vivo tiene alguna función y su total
eliminación, podría provocar un desequilibrio mayor, de ahí que la mosca, la
lombriz de tierra, el lirio acuático, los roedores, no han sido eliminados en
su totalidad por la función que realizan para la agricultura, la polinización o
el proceso de descomposición de la materia orgánica para completar ciclos de
vida. Si entendemos esto, podemos entender todo: el planeta tierra o la
naturaleza (recordar que también se le llama la madre naturaleza), no está
tratando de eliminar al ser humano de su faz, sino modificar su comportamiento,
como cuando en la playa ponemos un repelente para mosquitos o una malla para
que las moscas no contaminen la comida, ni las abejas o avispas aniden en
nuestro balcón, no se trata de que ya no existan sino que sus funciones y
necesidades las realicen fuera de nuestro alcance, donde no afecten
negativamente al organismo del ser humano. La pandemia del coronavirus, hoy denominada
COVID-19 es un llamado de atención a parar, hacer un alto en éste frenético
ritmo de destrucción del planeta, replantear que así como la economía global se
ha servido de la explotación de los procesos y recursos, también puede
detenerse por causas naturales. A pocos meses del brote del COVID-19 y en
semanas de reducción de actividades “económicas” de la humanidad, se ha
reducido la contaminación ambiental, se han aclarado ríos y mares, hay
reencuentro o reaparición de ciertos animales en ambientes urbanos que habían
sido confinados.
Muchas gracias por tu reflexión, totalmente deacuerdo y ole he llamado desde que incio el Maestro Coronavirus pues ha venido a enseñarnos nuestra sensibilización como humanos así que gracias por compartir.
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