sábado, 14 de mayo de 2016

Un día antes

Hay cosas que uno no debe buscar porque corre el riesgo de encontrar. Una página de Internet dijo que mi día final es mañana, no pondré la liga, ni daré más pistas sobre el enlace, eso es lo de menos.

El plan de vida y carrera, que tantas veces tenemos que elaborar, normalmente no contiene un plan B, habla bien de uno ante el reclutador tener sueños y que esos sueños tengan fecha para que sean plasmados como metas y que podamos responder cómo nos vemos dentro de cinco años, dentro de diez años y qué estamos haciendo hoy para llegar hasta allí, a mayor estructura y planeación uno tiene más puntos y hasta se vuelve confiable para un trabajo.

Pero un plan de vida y carrera se convertiría en un dogma o en una cuestión de fe, si no contemplamos que se puede planear y garantizar la carrera más no la vida, que uno puede programar su retiro o jubilación mas no su deceso.

Existe una tendencia publicitaria para que hagas, adquieras o conozcas 10 cosas antes de morir, las 10 películas que debes ver antes de morir, los 10 destinos turísticos que debes conocer antes de morir, los 10 libros que debes leer antes de morir, etcétera. Pero es algo tan lejano, tan improbable y remoto que podemos estar de acuerdo en que se deben conocer esos destinos turísticos, pero no contemplamos ese viaje para este año, ni para los próximos cinco años, ni para la siguiente década, seguimos viendo la vida como algo casi infinito.

Que soy muy sugestionable, me lo han dicho varias veces, y que mi memoria no me ayuda, o mejor dicho el olvido no se me da tan fácil. En la década de los 70’s había un programa de televisión llamado el túnel del tiempo, y cierta vez que los protagonistas viajaron al futuro tenían que resolver el asunto de que se terminaba el oxígeno un 18 de octubre de 1982 en el planeta tierra, no recuerdo el desenlace de esa ficción, pero lo que sí recuerdo es que viví pendiente de esa fecha, hasta que me dije, hoy es el día, hoy se termina el oxígeno en el planeta. Como es obvio no ocurrió así, pero hace unos meses que encontré que mi fecha de defunción es el día de mañana traté de olvidarla sin darle mayor importancia, pero la memoria no es exactamente como una carpeta que se elimina del disco y luego de vaciar la papelera de reciclaje no que da huella ( que no y que no). Sino que se enlaza a estados emocionales y circunstancias que le dan claves para hacerlos presentes de nuevo y ahí está, la fecha no se me ha borrado. ¿Recuerdan el zumo de melocotón? (http://jesusorduna.blogspot.mx/2015/06/zumo-de-melocoton-refresco-de-memoria.html)

Dicen también que cuando te vas a morir pasa por tu mente toda tu vida como una película de alta velocidad, yo creo que las próximas doce horas podría estar avanzando en la película de mi vida a toda velocidad y no llegaría aún al festival del kinder donde hice un baile para el día de las madres…. Hay quien dice también que cuando te acercas a ese momento te da una lucidez e iluminación y te pones a arreglar asuntos pendientes, a prodigar disculpas atoradas, a expulsar resentimientos añejos, a preparar un camino de paz.


Y finalmente están todas esas reflexiones a partir de la cuestión, ¿qué harías si supieras que hoy es tu último día? Mismas que siempre me han causado risa, porque hay quien dice, viajaría a donde siempre tuve ganas de viajar….( mi vuelo sería de más de 9 horas, más cuatro en el aeropuerto, ya no), abrazaría a todos los seres queridos (y seguramente todos van a estar ahí para que los abraces hoy que se antoja ¿no?), me enamoraría sin límites… (Ajá en menos de 24 horas), dejaría un mensaje de paz y amor para la humanidad (pudiste hacerlo durante todos estos años y lo postergaste).

El asunto es más sencillo, si ese día llega, lo único que hice un día antes fue darme un baño y beber un vaso de agua antes de irme a dormir, no vaya siendo que nada pase y el lunes tenga que presentarme a trabajar sin haber descansado lo suficientemente….. en paz.


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