El ciclo de acercamiento -
alejamiento
Para entender las relaciones
humanas es básico delimitar la etapa de desarrollo o disolución en que se
encuentra. La relación se concibe como
una serie de pasos interrelacionados, que se dan a través del tiempo, que
determinan y definen el nivel de acercamiento e intimidad. Esta percepción
individual sobre el nivel de cercanía-lejanía es subjetivo y no siempre
concuerda entre sus miembros, lo que es innegable es que el paso del tiempo
afecta directamente esos procesos.
Dependiendo del grado de
acercamiento-alejamiento, cada miembro evalúa diferente tanto cognoscitiva como afectivamente las
conductas del otro, pasando por una interpretación positiva cuando se siente
ilusionada por las perspectivas de la relación, hasta considerarlas
completamente aversivas en una etapa de disolución. Muchas veces hemos
escuchado “aquello que me atrajo de ti, es exactamente lo que ahora me aleja”,
por ejemplo, en las primeras etapas una persona platicadora es percibida como sociable,
amigable, interesante…. Y en posteriores etapas como alguien que no se calla y
que constantemente busca atraer la atención.
Una relación involucra
interacciones a veces imaginarias (como “es mi novio pero aún no lo sabe” o
“acabo de conocer a la futura madre de mis hijos”) a través del tiempo, donde
cada episodio es afectado por eventos del pasado y expectativas del futuro.
Este constante flujo dinámico implica sentimientos, emociones, atribuciones,
deseos, esperanzas, desilusiones, reflejando lo que les ha acontecido, comparándolo con lo que les gustaría que
sucediera o imaginan que pueda suceder.
Las etapas son:
1.- Extraño/desconocido: como dos círculos que no tienen contacto,
se percibe al otro sólo por aspectos físicos externos, sin fomentar el
acercamiento.
2.- Conocido: Punto de quiebre, donde se evalúa y categoriza al
otro, con bajo grado de intimidad, pero suficiente para decidir mantenerlo sólo
en eso: conocido o relacionarse más cercanamente. (¿crees en el amor a primera
vista o me doy otra vuelta?)
3.- Amistad: El interés de acercarse más implicado por una
motivación afectiva o instrumental, es decir para resolver juntos algunas
necesidades, reevaluando constantemente mantener o incrementar la amistad, pero
aún con sentimientos profundos de cercanía, excluye los románticos, pasionales
o sexuales. (Les amis sont comme les fleurs dans le jardin de la vie)
4.- Atracción: Esta etapa supera las exclusiones de la anterior, se
construyen cogniciones imbuidas en intereses románticos, acercamiento afectivo
hacia el otro y búsqueda de interdependencia.
5.- Pasión y romance: llamada también etapa de amor romántico, se
complementa la atracción con alguna forma de satisfacción o excitación,
considerando adecuada una mayor cercanía. Se da la interpretación cognoscitiva
de intensidad que incluye una respuesta fisiológica. Al afecto y emoción se
vincula el romanticismo y la devoción, en conjunto con el deseo, entrega y
desesperación, esto generalmente es E-FÍ-ME-RO. (Se dice que un enamoramiento
prolongado puede ser fatal, eso que se identifica como “el corazón a mil” y “mariposas
en el estómago” durante largos periodos daña a la salud).
6.- Compromiso: Esta etapa se refiere a las situaciones en las que
la pareja está de acuerdo en continuar a
largo plazo a partir de una evaluación y justificación por economía o por
funcionalidad. En nuestra cultura occidental el más común de los compromisos es
el matrimonio, supuestamente fundamentado en el amor (aunque originalmente era
por funcionalidad), ocasionalmente se le refiere entonces como el sepulcro de
los sentimientos, romance y pasión (la cultura popular tiene dichos como “el
amor es una enfermedad temporal, que se cura con el matrimonio” o “si el amor
es ciego, el matrimonio te abre los ojos”)
7.- Mantenimiento: Establecido el compromiso, con base en la
estabilidad y evaluación de la familia, se permea el diario convivir en el
largo plazo, se franquean problemáticas ante la llegada de los hijos, el
sustento económico y emocional, hasta el envejecimiento juntos, alcanzando un
grado de satisfacción a partir de sus estilos de interacción. En otras
palabras: incluir romanticismo, pasión e intimidad a pesar de la cotidianidad.
(un ejemplo es aquella pareja que luego de muchas décadas juntos, fue
cuestionada sobre el secreto para mantener su pareja a tan largo plazo. Sin
titubeos la elocuente ancianita respondió estamos en TRATAMIENTO: él TRATA y yo
MIENTO).
8.- Conflicto: Además de lo placentero, las parejas tienen cambios,
presiones y obligaciones que derivan en presiones y a sentirse frustradas,
enojadas, irritadas o temerosas. De no resolverse en el corto plazo tales
problemáticas, el mantenimiento se vuelve conflictivo, si además es recurrente,
la pareja deja de ser placentera o funcional. Este conflicto lleva muchas veces
a la pareja a buscar ayuda externa, pero no debe perderse de vista que la
percepción y evaluación de la pareja es subjetiva y no es fácil ponerse de
acuerdo en la existencia o definición del problema, por ejemplo en la díada
Estabilidad-Aburrimiento. (En una pareja ella le manifiesta a su marido
¿Recuerdas que juramos ser el uno para el otro?, pues yo ya soy más del otro).
9.- Alejamiento y Desamor: A manera que la pareja se lastima
desaparece el gusto por interactuar y conocer a la pareja, evitando el contacto
cotidiano. Surgen entonces, la frustración al perderse todo lo que les unía y
convertirse en lo que les aleja. Se minimizan los aspectos positivos y
atractivos y se magnifican los negativos, del desamor, se puede llegar al
hostigamiento físico y psicológico, lo que conduce a la búsqueda activa de
evadir al otro miembro de la pareja. (La frustración lleva a dichos como: su
matrimonio era una fantasía donde él esperaba que ella nunca cambiara y cambió.
Ella esperaba que él cambiara y nunca cambió).
10.- Separación y olvido: En
toda relación que se torna insoportable, de inmediato se vuelven más
atractivas otras opciones (dejar la relación o involucrarse con otra), pero el
descontento lleva a que lo más adecuado es separarse. Se transforma el
compromiso de pareja en un compromiso individual de lograr la separación.
Legalmente el rompimiento puede sancionarse mediante el divorcio. Aunque
frecuentemente se intente reintegrar la pareja, casi siempre al comparar la
soledad o la nueva pareja con los aspectos positivamente reevaluados de la anterior relación. Sin embargo con las actividades de la nueva
selección y el paso del tiempo se cierra el círculo pasando a la última etapa:
el olvido.
Cada miembro de la pareja puede
pasar con orden distinto cada una de las etapas y los miembros no siempre viven
en la misma categoría que el otro. Muchas veces al pasar ciertas etapas como la
de conflicto, al solucionarlo se revierte a la etapa de compromiso, sin pasar
por la separación.
Este ciclo no es determinista en
el patrón de evolución de las relaciones, puesto que algunas llegan a una etapa
y no necesitan continuar a etapas posteriores y otras regresan o brincan a una
etapa no contigua. Se trata de una
aproximación teórica de cómo se desarrollan las relaciones íntimas, puede
predecir correlaciones positivas altas entre las categorías contiguas y también
predecir correlaciones negativas entre los polos opuestos como
Amistad-conflicto, atracción-alejamiento y romance-separación. Este ciclo considera aspectos primordialmente
psicológicos, por lo que una interpretación de la realidad de la pareja sin
considerar otros aspectos como sociológicos,
sociodemográficos no sería del todo responsable.
Este ciclo de
acercamiento-alejamiento es una parte de la teoría bio-psico-socio-cultural de
la relación de pareja, no es el modelo completo.
Sugiero consultar el tema
completo en el libro “Psicología del amor: una visión integral de la relación
de pareja” de Rolando Díaz-Loving y Rozzana Sánchez Aragón, México,
UNAM-Porrúa, 2002.
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