lunes, 27 de junio de 2016

Porvenir


Se dice en una corriente de pensamiento de la Psicología, que el hombre es un ser Bio-Psico-Social, es decir, un ser biológico que comparte el origen salvaje e instintivo de todo el reino animal, un ser con capacidades intelectuales, tales como verse a sí mismo a través del tiempo, como fruto de su pasado, consecuente con su tiempo actual y con visión al futuro, pero también un ser social, gregario, que se organiza en grupos, grupos que le permiten potenciar su capacidades, y superar sus limitaciones.
En la primera parte, la biológica, tenemos que reconocernos como un ser perteneciente a la naturaleza como un todo, al que le afectan los cambios climáticos, que vive constantemente amenazado por fenómenos meteorológicos, pero que se encuentra en un mundo de abundancia, donde prácticamente puede cubrir todas sus necesidades básicas y saciar su hambre y sed, pero debe reconocerse también como un ente con impulsos  e instinto, como el de supervivencia y reproducción.

Si bien, estamos conformados por pulsiones e instintos, también fuimos dotados de una capacidad intelectual, con la que logramos transformar el medio, tener registro de nuestra historia, tener conciencia del aquí y ahora, así como prever el futuro. Somos los únicos ser del reino animal con posibilidades de mirarnos al espejo y hacernos preguntas, de tener un diálogo con nosotros mismos y cuestionarnos el fin de nuestra existencia, es un gran privilegio, sí, pero también una gran responsabilidad, darnos cuenta de que nuestros actos tienen consecuencias y que sólo pueden ser de dos formas: positivas y negativas. Ahí está la voz interior emitida por nuestro instinto de supervivencia, esa que nos aclara si lo que hacemos está bien o no, si ayuda en nuestro mejoramiento o si apunta a nuestra destrucción.

Por otro lado, somos el ser más desprotegido, dependiente y vulnerable al nacer, si no somos cuidados por los menos dos años a partir de nuestro nacimiento, prácticamente no tendríamos oportunidad de la vida. Eso nos convierte en un ser social, que gracias a permanecer en grupos. Logramos nuestro ser biológico y que gracias a nuestra capacidad intelectual entendemos esa relación.

Imagen tomada de http://cn.wahooart.com/Art.nsf/O/8XYN2M/$File/Octavio-Ocampo-The-Evolution-of-Man.JPG


Así viendo hacia nuestro pasado, viviendo nuestro presente, podemos mirar hacia nuestro futuro, el futuro se visualiza mediante dos preguntas, cual es mi misión y cuál es mi visión. La primera responde al ¿para qué estoy aquí?  La segunda al ¿qué quiero ser en el futuro?, la respuesta a la primera pregunta nos habla de quien somos y para qué estamos, la otra habla de nuestro potencial, ¿cómo me veo?, ¿qué quiero para el futuro? Y esa respuesta debe contener la conciencia del ser bio-psico-social, el ser vivo, la conciencia del ser pensante, y el compromiso con el grupo social. De ahí derivará una dimensión más: la espiritual.




jueves, 2 de junio de 2016

La mirada de Shania Twain


Nunca he ido a sus conciertos, pero escucho sus canciones, descargo sus videos, tengo en DVD alguna de sus exitosas presentaciones y tengo que decirlo, me gusta esa combinación refinada y actualizada de los instrumentos de cuerdas de la música country, llevados al pop y pop rock. Tampoco niego que sus videos, en particular “From This moment on”, pueden hacer que deje yo de hacer cualquier otra cosa por seguir cada paso, cada nota, cada gesto: el cabello recogido y una perla en la frente con vestido blanco aterciopelado, ceñido tanto como su piel a ese juvenil, simétrico y bello rostro, con una elegante orquesta al fondo dentro de un escenario totalmente blanco y luminoso es como la máxima expresión de estética para una canción de entrega, de cambio, toma de decisión, de declaración total de amor, ejecutada con una complejidad vocal que lo ponen entre mis videos favoritos, no sólo por la fantasía de ser a quien ella dirige tales promesas.

Disculpen los lectores si el tema no parece ir con la temática de este blog, siempre tendrán la opción de oprimir <ctrl-w> para no seguir leyendo.



fotogramas tomados de https://www.izlesene.com/video/shania-twain-from-this-moment-on/7833639

Shania Twain luego de ser una exitosa y juvenil cantante y alegre bailarina, que una vez en Acapulco me tocó ver una imitadora que ejecutaba una estudiada coreografía de “dont’ be stupid”, mientras que una de sus más reconocidas canciones era “Man!, I feel like a woman!”, tomada como emancipación light de la mujer de mediados de los años 90´s, porque se atrevía a esbozar y decir lo que ellas desean y como quieren ser entendidas, sin llegar a ser un himno, es mi segundo video oficial favorito, ella luce espectacular.

  
Ni modo, no puedo ocultar cuánto me gusta y disfruto su música complementada por lo que en los años 80’s llamábamos los videoclips y que gracias a los acervos digitales multimedia, son susceptibles de transportarnos a esos momentos representativos de nuestra cultura de masas y entretenimiento superficial. Como viaje en el tiempo, allí estará nuestra cantante favorita en su momento juvenil con su figura impecable y su hermoso y simétrico rostro. Sin embargo, las mismas redes sociales y acervos digitales nos permiten conocer el rostro actual de nuestros ídolos de juventud y me encuentro con una Shania Twain, madura y sonriente que fue portada de revista donde la felicitan por sus 50 años (en octubre de 2015) y si su historial mediático encanta, su rostro sin cirugías evidentes que luchan contra el tiempo, enamora. 

https://es.pinterest.com/pin/363806476129648020/

Me he decepcionado tantas veces al ver que los rasgos de una actriz o cantante de mi juventud hoy no son ni la máscara, ni la sombra de lo que fueron, o peor aún, se ven con el mismo rostro adolescente de hace 40 años (porque supieron escoger al cirujano plástico) créanme que una mujer madura que no representa su edad, representa una contagiosa falta de aceptación, de una lucha contra el tiempo que hasta ahora nadie ha ganado. Luchar para tratar de no aparentar la edad, es como querer conservar una vela o cirio de parafina, sólo si no es encendida se mantendrá en forma, aunque eso implique que no iluminó a nadie, que no cumplió ni con su objetivo primario. Ahora que si una vela de cera, que ilumina a los demás, tratas de que se mantenga en su forma, evitando que se deforme, inevitablemente te quemará las manos, irremediablemente dejará de iluminar como lo hacía.



Imagen tomada de http://www.stuff.co.nz/entertainment/music/68919925/shania-twain-thought-shed-never-sing-again



Por eso admiro la mirada de Shania Twain, a sus poco más de 50 años es una mujer que no trata de ocultar esas arrugas bajo los ojos, esas como cicatrices de guerra, esos ojos que ya no pueden tener la inocencia de una adolescente ni la vivacidad de una veinteañera, son ojos que representan edad acorde con el tiempo, madurez, obstáculos superados, penas granjeadas, kilometraje, horas de vuelo, triunfos y caídas, subidas y bajadas; orgullo y desdén a los complejos. Decepciones, un divorcio, cuidado de hijos, etcétera, este blog no llega a ser revista rosa para más detalles de su vida.


Shania Twain es mi ejemplo favorito, pero ojos así los he visto en muchas más mujeres, hermanas, compañeras de trabajo, amigas, escritoras, columnistas, prestadoras de servicios, y muchas más. Ojos con ojeras, cuya arruga se forma por dos fuerzas, la gravedad que lleva hacia abajo las miradas pero la otra fuerza es la sonrisa que empuja siempre hacia arriba.
Imagen tomada de http://pmchollywoodlife.files.wordpress.com/2013/05/shania-twain-billboards-20131.jpg?w=600