Cuando estaba en el
primer año de la escuela primaria recuerdo muy bien que la maestra esforzándose
porque los pupilos domináramos los signos de puntuación, nos ponía a
identificarlos mientras ella leía, así cuando hacía una pausa corta los niños
decíamos –coma-, pausa larga y decíamos –punto- , en una lista de elementos
identificábamos comas intermedias, al terminar una oración y cambiar de tema
era obvio el punto y seguido. Además tenía una tonadita muy especial para
terminar el texto, entonces nos apresurábamos a decir –punto final-.
Ya en los
siguientes grados y sin el entusiasmo de la maestra de primero, aprendimos a
afinar el oído e identificar, el punto y la coma, los dos puntos y los puntos
suspensivos, era como pasar al siguiente nivel de dificultad en el juego... al
que por cierto, muchos no dominaron.
Así como hay
personas que cuentan las líneas de la acera cuando van caminando, o se fijan en
los zapatos de las demás personas, o identifican el perfume que el otro usa,
etcétera, yo empecé a notar y registrar cómo las personas utilizan al hablar
los signos de puntuación: comas, punto y seguido; punto y coma, dos puntos,
puntos suspensivos, punto final, interrogación, admiración, paréntesis y
comillas. Y como si se tratara de un zodiaco, aquí algunas características
según su signo (de puntuación) dominante:
Coma,
Las personas cuyo
signo dominante es la coma, se debaten entre la generosidad y la indecisión,
generalmente dan un poco más no sólo de lo que se espera sino de lo que se les
pide, por ejemplo: ¿me dice cómo sé si ya estoy en la calle de Tacuba? Y la
persona de este signo te respondería: -Claro, notará la estatua del caballito,
el museo nacional de arte, la calle del senado, el metro Allende, el
restaurante los girasoles, el palacio de correo -…. (los puntos suspensivos son
de quien esto escribe, porque es el opuesto de este signo como se verá más
adelante) en este alarde de generosidad, la persona que preguntó ya lleva
caminando 50 metros porque entendió, pero el informante, casi a gritos, le
sigue enumerando,: … a esquina con
Motolinia, el Banco de México, enfrente Bellas Artes…… etcétera. Por otro lado,
su característica de indecisión la muestra cuando se le pregunta algo como ¿qué
tipo de comida te gusta? Y las personas bajo el signo de la coma empezarán con
cierto movimiento de la cabeza de una lado a otro como campana, con respuestas
como: -la tailandesa, la italiana, la china, la francesa, la mexicana, la
española, la casera…. Y seguiría su larga lista sin dejar entrever siquiera
algún común denominador o preferencia. Las personas regidas bajo este signo
suelen ser, generosas, indecisas, imaginativas, inseguras, dependientes,
extrovertidas, redundantes e iterativas. En cuanto a su vida de pareja, es
precisamente así: pareja: sin sobresaltos, sin subidas ni bajadas, repetitivas,
normalmente no se quedan solas, porque sus preferencias y expectativas las
llena cualquier perfil, muchas veces no se nota el cambio porque su nueva
pareja es igual a la anterior, sólo que se peina diferente. Aseguran que el
tiempo es cíclico, que estamos condenados a repetir una y otra vez lo que nos
ha sucedido en el pasado y de no ser así, tiene una larga lista de razones para
que así sea. Suelen ser coleccionistas, tienen todas las versiones de un
objeto, el cual tienen en cada uno de los colores que el fabricante ha lanzado,
con diferencias tan intrascendentales que sólo ellos mismos encuentran
interesantes de coleccionar.
Punto y Seguido.
Cuántas veces nos
hemos encontrado con conversaciones en las que una persona dice: tajantemente:
-y ¡ya!, aunque por otro lado….· o aquellas que dicen, -Ahí terminó. Pero eso
no es todo…..”. Bueno una persona cuyo discurso es así, es que está regida bajo
el signo del Punto y seguido. Estas personas se caracterizan por redundar en
las ideas, (o en su única idea), parece que cuando ya habían dicho todo, se
acuerdan de lo que sucedió a continuación. O abren un nuevo capítulo que ya no
es tan interesante, o no te contaron lo más importante, sólo querían que te
engancharas en su conversación, es decir, abusan de su signo para mantener tu
atención y reservarse lo sustantivo para más adelante. Te ilusionan porque
cuando crees que ya terminó su conversación, apenas están en uno de los
peldaños para mantenerte atento. Estas personas, generalmente son hábiles,
tienen capacidad para tener toda la película en su cabeza y dosificarla a su
gusto, llegan a ser manipuladoras, pero también interesantes, ya que cuando
encuentran a su público destino (target dice mi sobrino el de marketing) suelen
dar una completa lección y compartir el estado del arte del tema que dominan.
Nunca cierran círculos de verdad, en su vida amorosa, se encargan de que el
mundo se entere de que ya terminó “definitivamente” con su pareja anterior,
pero vive para los reencuentros, pues encuentra que le faltaron experiencias
por vivir o áreas de vida por explorar, abriendo e intercalando nuevos capítulos con diferentes parejas a las que le entrega noches de elevada
intensidad porque cuando parece que el encuentro sexual terminó, tiene una
nueva ocurrencia, como para empezar de nuevo de esta forma aunque sea mayor la
expectativa que el acto en sí, cumple su cometido de mantener enganchada y
atenta a su pareja.
Punto y coma;
Las personas
regidas bajo este signo, no solamente presentan las características de los dos
signos anteriores, como son Indecisión, generosidad, habilidad y manipulación,
sino que agregan un alarde y cierto aire de saberlo todo, aire que al moverse
deja volando miles de residuos del pajar. Estas personas mantienen tu atención,
utilizando una refinada búsqueda de sinónimos así para describir una obra de
arte, pueden usar, “bella, excelente, excelsa, sublime; lúgubre, tenue,
discreta, retadora.” Nótese el punto y coma para cambiar de una serie de
adjetivos a otra.
Las personas
dominadas por este signo suelen reunir la característica repetitiva de las
personas bajo el signo de la coma, pero con una estrategia de enganche como las
personas del signo punto y seguido, entonces pueden manipular para mantener la
atención de su interlocutor pero además saturarlo con series de términos
equivalentes logrando así una disonancia entre querer quedarse a escucharle y
salir corriendo ante un bombardeo de paja innecesaria. Se puede notar que
alguien está regido bajo el signo del punto y la coma aún sin escucharlo, basta
ver sus ademanes durante su conversación, van indicando con movimientos
circulares de una mano la serie de elementos que enumeran, luego del punto y la
coma con la otra mano van haciendo el mismo movimiento de enumerar una serie
ahora distinta. Por ejemplo, al preguntarle si quiere una taza de café, con una
mano empezará a indicar que el café es bueno, activa la circulación, eleva el
nivel de alerta, es aromático, con un poco de crema, endulzado se potencializa
su sabor; (y con este punto y coma, cambia de mano y enumera lo siguiente) te
quita el sueño, provoca taquicardia, acidez, endulzado se pierde su esencia, no
debe hervir, agregarle crema disfraza su aroma…….y así sigue. Se cuenta que el
exceso en el dominio de este signo puede confundirse con bipolaridad y
acentuado con personalidades múltiples. Su vida amorosa y sexual suele ser
intensa, variada, imaginativa, creativa, pero cansada, exagerada y poco
congruente, en su característica de innovador, cae en el extremo de lo
impredecible y por eso sus parejas luego del encanto toman previsiones o
distancia para no quedar encerrados en una dinámica original, estimulante; pero
incómoda por tormentosa, impredecible e inestable.
Dos puntos:
La principal
característica de las personas de este signo es la siguiente: anuncian su idea.
Así como está
escrito en la oración anterior, la inseguridad de las personas bajo este signo
se manifiesta con frases como: “pero te digo una cosa:….”, “lo que pasa es lo
siguiente:…….”, “hay algo que tú no sabes:….”, “ocurre por dos motivos: ….”,
“ni te imaginabas lo que viene:…..”. Y en esos dos puntos recae y resguarda
toda la inseguridad, los dos puntos son un arco de confort, un espacio
silencioso en el que se regocija para pasar saliva, tomar aire o hasta bostezar
y tú como interlocutor, te quedas sin la capacidad siquiera de interrumpir su
idea, puesto que aparenta estar a punto de soltar la gran información. De hecho
hay una regla que dice que el tamaño de la pausa es directamente proporcional
al peso de la información, pero indirectamente proporcional al dominio en el
tema que esta persona tiene. Una característica definitoria es precisamente el
aprovechamiento de las pausas y el refinado arte de estirar su duración sin
romper la secuencia de la plática ni desenganchar al interlocutor. Se ha
encontrado que dichas pausas no solamente se utilizan en el modo de hablar,
sino también en el caminar, en el conducirse y hasta en los aspavientos:
pasando a un nivel tangible el arte de estirar las pausas, muchas veces por la
calle, vemos una persona que hace un alto abruptamente y ante la pregunta ¿qué
pasó? (posterior a una comprensible pausa) te dirán sucedió lo siguiente:
(pausa de nuevo) y darán una o dos opciones que tenían para llegar a su
destino, retomando tranquilamente su rumbo. Existe un mito urbano que dice que
de no dominar el arte de la pausa, éste se puede revertir y someterte, se han
documentado casos de personas que quedaron hasta 20 años en estado catatónico.
En el aspecto romántico, estas personas tienen comportamientos como los siguientes: empiezan una relación y luego de semanas sin llamar, se comunican como si llevaran una pausa de cinco minutos sin verse. En lo sexual, cumplen las expectativas de quienes gustan de la dosificación de pasión, entrega e innovación: a sabiendas de que luego de unos minutos de pasión vendrá una pausa inconmensurable, seguida de una sesuda justificación directamente proporcional a la emoción de lo que sigue, pero indirectamente proporcional a la satisfacción que produce.
En el aspecto romántico, estas personas tienen comportamientos como los siguientes: empiezan una relación y luego de semanas sin llamar, se comunican como si llevaran una pausa de cinco minutos sin verse. En lo sexual, cumplen las expectativas de quienes gustan de la dosificación de pasión, entrega e innovación: a sabiendas de que luego de unos minutos de pasión vendrá una pausa inconmensurable, seguida de una sesuda justificación directamente proporcional a la emoción de lo que sigue, pero indirectamente proporcional a la satisfacción que produce.
Puntos suspensivos...
Directamente a las
personas bajo el dominio de este signo, se les identifica como las del final
impreciso e insospechado. Aquellas que difícilmente terminarán una frase sin
querer comprometer al interlocutor a que la complete, utilizan como estrategia
dejar en suspenso su relato para que sea el otro el que cierre la idea. Los
puntos suspensivos por regla se utilizan para interrumpir una oración
imprecisa, para utilizarlos en lugar de etcétera y para omitir citas textuales,
por lo tanto las personas bajo su dominio, antes que parecer obvios en sus
oraciones, las lanzan a los demás como una granada que está a punto de
estallar, los otros quedan atrapados: o dan una respuesta rápida o les explota
en la mano. Las víctimas caen en esta trampa cuando escuchan oraciones como las
siguientes: “ya ves lo que dice la gente, agua que no has de beber...” y el
interlocutor de inmediato completará: “—déjala correr”, o en frases como
“últimamente he estado yendo al gimnasio y así…” y con los tres puntos, uno
debería asumir un largo etcétera como “he estado yendo al gimnasio, corro por
las mañanas, vigilo mi dieta, utilizo complementos alimenticios dejé de fumar”,
pero gracias a esos puntos suspensivos, uno se queda con cualesquiera de las
conclusiones anteriores. Muchas veces la persona es un timador, fraudulento y
hasta mitómano, pues en su manipulación de puntos suspensivos, entregará fechas
de pago imprecisas, acuerdos orales ambivalentes y compromisos sin cumplimiento.
Cuidado con ellos… pero los hay peores:
y estos son los que usan los puntos suspensivos al inicio, es decir, te
cuentan una historia donde asumen que te sabes los fundamentos y antecedentes
por ejemplo: “…botó lo que traía en manos y se regresó por donde había
entrado.” Esto te compromete a saber qué traía en manos y por dónde entró…. No
todas sus características son negativas, pues pueden aprovechar su signo
regente para ser grandes contadores de historias, de novelas, de guiones
cinematográficos, políticos (especialmente en campaña), legisladores e ilusionistas.
En cuanto a lo sexual, no hay mucho más que decir, igual que en su discurso,
inician algo y permiten que sea el otro el que termine (a veces en la soledad).
Punto Final.
Este es el signo de
los que tienen la última palabra, estas personas poseen un fuerte carácter para
que se haga lo que ellos dicen, se les
escuchan frecuentemente frases como “he dicho”, “no se diga más”, “vuelta a la
hoja”, “se da carpetazo”, “se cierra la sesión”, “se declaran clausurados
los….”. pero también requieren de un ambiente sumamente estructurado como para
que todo quede acotado en tiempo y forma al alcance de su poder y capacidades.
Quienes dominan el arte del punto final tienen una amplia visión de futuro y
logran establecer rutas alternas como para minimizarlas y conducir a los demás
hacia la opción o ruta previamente establecida por él, así como tener los
argumentos suficientes para minimizar cualquier contraposición a lo que dice.
Los más extrovertidos no dudan en verbalizar su signo por ejemplo: “he dicho que
no, punto final”, “le tuve que poner un punto final a nuestra relación”…. El
modo imperativo de su discurso y modo de conducirse, lo único que denota es la
necesidad de contar con otras opciones, caminos alternos e ideas frescas. En el
terreno sexual exigen tiempos, posturas y caricias en orden, intensidad y
frecuencia exactas, son dominantes, pero insuficientes: todo el tiempo se sabe
de casos en que sus parejas anhelan puntos suspensivos al menos para triplicar
la frecuencia de sus encuentros. Su parentesco con el punto G, es remoto y
meramente nominativo. Como se dijo antes, requieren que todo esté acotado, por
eso no aprovechan ni la cuarta parte de las posiciones conocidas.
Interrogación
Los nacidos bajo
este par de signos (¿?) manejan un malestar existencial y una eterna duda,
dudan de donde vienen, quienes son, a dónde van. Tienen una incapacidad casi
fisiológica a manejar otro gesto que no sea el de cejas levantadas hacia el
centro de la frente y cuando el dominio de sus signos es mayor, desorbitan
sus ojos como si nada entendieran. La cara con un gesto de ¿qué? te da una pista
de una persona de este signo, pero al contestarte y recibir un ¿qué qué? te
confirma de quien se trata: son aquellas personas que siempre preguntan, que
viven en la regresión infantil de los tres años, donde los niños viven para
preguntar ¿por qué? Y ¿para qué? “¿porqué llueve?, ¿para qué sirve el sol?,
¿porqué las hojas son verdes?, ¿por qué el hielo es frío?, ¿porqué el fuego
quema?, ¿para qué sirve el suelo? ¿Cuánto mide el mar?, ¿porqué dormimos? Su
principal gesticulación es una especie de aspaviento coordinado donde levantan
de golpe las cejas y la frente mientras levemente suben las manos con las
palmas hacia arriba, típica de preguntar ¿porqué?. Y hasta aquí entre la inocencia
y la curiosidad podrían caer bien, pero las preguntas siguen y siguen, rebasando
límites y barreras de espacio personal: ¿qué es esa mancha en tu cara?, ¿has
oído de las enfermedades por exposición al sol?, ¿nunca te enseñaron a hacerte
el nudo de la corbata?, ¿si sabías que cuadros con rayas no combinan?, ¿te han
dicho que hubo una época donde ser gordita y bajita estaban de moda?, ¿te
hubiera gustado ser la reina de belleza de entonces?, como si fuera algo
superior a ellos, tienden a ser más inoportunos de lo humanamente soportable.
Cuando llegan a darse cuenta, se preguntan y se preguntan y se preguntan, no
necesariamente se responden.
Sus ventajas son
que dentro de los signos de interrogación pueden residir cualesquiera de los
signos anteriores y por ende a las personas dominadas por éstos. Su palabra
favorita es el ¿qué? Y cuando tienen mayor experiencia logran metodológicamente
enterarse del ¿quién?, ¿qué?, ¿cómo?, ¿cuándo?, ¿dónde?, método conocido como
el de las cinco “w”. En su escala evolutiva, se encuentran desde aquellos que
preguntan exactamente lo que se les acaba explicar, hasta los que logran
generar preguntas o cuestionamientos que durante generaciones la raza humana no
ha podido contestar con precisión, pasando por el que no pregunta más que la
hora y dónde queda la siguiente calle.
En cuando a su vida
sexual, suelen llenar de cuestionamientos a su pareja sobre el ¿cómo?, ¿dónde?,
¿por qué?, ¿cuánto? ¿porqué no?, ¿así?, ¿así tampoco? Y su gesto inquisidor se
repite muchas veces en cada sesión.
Estas personas no se caracterizan por cubrir grandes expectativas, pues dudan,
no toman la iniciativa, preguntan lo obvio y cuestionan en lo profundo, añoran
alguna vez, que su pareja los mire con signo de admiración y no tanto de
interrogación. Por otro lado, se les reconoce por honrados, pues nunca se quedan
con algo, ni siquiera con la duda.
¡Admiración!
La ceja arqueada,
los ojos expresivos y la inocencia a flor de piel caracterizan a las personas
bajo el dominio de los signos de admiración, son toda emoción, y pasión,
intensidad y esfuerzo constante para dejar huella en los demás. Los signos de
admiración hacen que cada frase tenga un
peso emocional superior, que sea casi un grito, que sorprenda y que sea capaz
de ser sorprendido, cada frase cerrada con un signo de admiración es una
afirmación emotiva y un sobresalto que llena de intensos colores las grises
existencias de los demás. Un signo de admiración siempre hará la diferencia: no
es lo mismo decir “tierra a la vista” que decir ¡Tierra a la vista!- sobra
decir que en materia de desempeño sexual, lo llenan de pasión, histrionismo y
sorpresas, pero igualmente son impresionables, de forma tal que siempre es una
disyuntiva, o cambian frecuentemente o se convierten en signos de interrogación
o algún otro nivel inferior de signo de puntuación cual llano punto y seguido.
La principal carencia de las personas bajo este signo es la estabilidad,
requieren de sobresaltos para sentirse satisfechos, no pueden ir a la cama si
no llevan el corazón en la mano, toman innecesariamente riesgos y luego se
admiran de los resultados.
(Paréntesis)
La singularidad de
las personas nacidas bajo estos signos, es que al igual que los paréntesis
hacen siempre una seña con la que casi juntan las palmas de la mano y en medio de
ellas sueltan alguna palabra o frase generalmente fuera de contexto o ajena al
tema. Por ejemplo: mientras alguien narra: “en aquellos tiempos (sabrá Dios
cuáles) se cuenta que había una doncella (ay si cómo no) que vivía en un
hermoso bosque (ni tan hermoso), donde había una malvada bruja (qué miedo), que
le tenía mucha envidia por su belleza y elegancia (sobre todo elegancia), de la
princesa estaba enamorado un príncipe reconocido por su valentía (más
reconocido por traer mallitas entalladas), …… esta persona puede ser de lo más
ingeniosa y creativa para mostrar un lado desconocido, poco explorado o
demasiado obvio de lo que se está platicando, sin embargo, al tercer o cuarto
paréntesis que abre ya quieres vendarle la boca. No sucede solo en las conversaciones,
también en las demás actividades cotidianas de su vida: puede estar en una
dieta vegetariana, pero abre un paréntesis para comer carne grasosa dos días y
luego cierra su paréntesis. Puede estar concentrado leyendo o haciendo una
tarea, pero hace una pausa para salir a fumar o caminar un rato, siempre
regresa a lo que estaba haciendo, puesto que todo paréntesis se cierra, pero
hay un derroche de recursos y esfuerzos innecesario si en lugar de paréntesis,
tuviera la capacidad de esperarse al punto final. En cuanto a su economía es la
persona que no termina de saldar sus deudas, pues aunque tenga la intención y
los recursos para cerrar un trato o saldar un crédito, abre un paréntesis para
gastar en algo que le gusta y deja pasar la oportunidad de llevar a buen
término algo que le agobia. Es también aquella persona que sin tenerlo,
aparenta un déficit de atención, pues enciende la computadora, para trabajar y
abre un paréntesis para ir por un café, en el camino se encuentra a un
compañero de trabajo y hace un paréntesis para actualizarse sobre sus vidas y
antes de terminar, abre paréntesis para saludar a otra persona y mientras la
saluda, revisa que tiene una llamada o mensaje en su teléfono móvil, abre un
paréntesis para contestar el mensaje y luego termina de saludar, termina la
conversación con su amigo, va por el café y regresa a su computadora que estaba
a medio encender. Ese sería el ideal: abre tantos paréntesis como los va
necesitando y en perfecto orden los va cerrando uno por uno hasta regresar a la
actividad que dejó inconclusa al principio. Sin embargo, ese ideal es teórico,
no se sabe de alguien que sea así, pues siempre deja a la mitad una
conversación, no terminan de saludar, de contestar el mensaje, ni se sirven la
taza de café, o la toman ya fría, no regresan a su actividad del principio y
muchas veces ya no se acuerdan qué estaban haciendo o para qué se encaminaron
al pasillo.
En cuanto a su vida
sexual, suelen tener parejas con las que duran mucho tiempo y con infinita
paciencia, ya que en una noche de pasión, pueden vivir el combo completo de ver
tres películas a la mitad, tener una cena a medias, dormitar mientras regresa y
hasta volver a empezar más de una vez, por no recordar en qué punto iban, su
principal ventaja es el ahorro en anticonceptivos, por la seguridad que otorga
el coitus interruptus.
"Comillas"
Las comillas
indican que se trata de una cita textual, que lo que se dice no es
responsabilidad de quien escribe sino de alguien que lo pensó o lo dijo y que
en el texto se reproducen fielmente. No es una persona carente de ideas,
simplemente está imposibilitada para generar las propias, no se esfuerza en
innovar si ya puede hacer uso de lo que alguien más generó. Da la impresión de contar con amplia cultura, de haber leído mucho y de discriminar finamente
entre los puntos de vista de los autores, sin embargo, la realidad es que va
recogiendo las minucias y muchas veces utilizando fuera de contexto los
fragmentos que se graba, anota o “copypastea” de otros lugares, por
ejemplo en medio de una conversación
podrá ser imperativo al decir “La filosofía implica una movilidad libre en el pensamiento,
es un acto creador que disuelve las ideologías” según M. Heidegger, aunque no
tenga claro quién fue o es Heidegger ni siquiera conocer si la M. es de María o
de Martin, peor aún es cuando pronuncia el nombre completamente diferente hasta
en su género, como en el siguiente ejemplo tomado de un caso real: ”Dormí y
soñé que la vida era alegría, desperté y ví que la vida era servicio, serví y
ví que en el servicio se encuentra la alegría” así lo dijo la Rabina Gran
Tagora. (Sólo para quienes no recuerden el caso en los medios, la cita es de
Rabindranath Tagore). En la dinámica evolutiva está en lo más alto quien puede
citar textualmente un párrafo completo y responder a todas las preguntas sobre
la biografía y circunstancias del autor, hasta el nivel básico donde no se toma
ni la molestia de saber el origen y comienza la cita así “ya lo dijo aquel” o
“como bien decía un filósofo” o “como se dice…”, muchas veces mencionando una
cita cuyo autor es por todos conocido.
En ese mismo nivel evolutivo puede mezclar citas de los grandes filósofos con
citas de estampitas como “amor no es mirarse a los ojos, sino mirar juntos en
la misma dirección” o fragmentos de canciones populares como “pa’ que veas cual
es el precio de las leyes del querer”. De cualquiera de estas formas, las
personas bajo el dominio de este signo, luego de lanzar una cápsula de
pensamiento, y esta no encaja en el contexto, o es una falacia, o resulta
incómoda, culpará siempre al autor del que la tomó. No es piratería, aclaro,
porque el dominio en el arte de las comillas, bien desarrollado, puede causar
la mejor de las impresiones y tener un mejor uso que el original. Ya lo dijo Antonio Skármetta en su libro “Il
postino di Neruda” “la poesía no es de quien la escribe, sino de quien la
necesita” (bueno en realidad “Il Postino” es la película de 1994, que se basó
en el libro “Ardiente Paciencia”, 1986, solo para deslindarme de este signo).
En su desempeño sexual, ante la falta de creatividad, las personas de este signo
replican lo que escucharon, vieron o interpretaron de otros, así un día pueden
hacer que parezca algo extraordinario, pero después quedarse a la mitad sin poder recordar lo que seguía en el original. Suele enamorar a su pareja utilizando
citas y fragmentos de otros, pero romper abruptamente el encanto al mencionar
mal el autor, pretender adjudicarse la autoría o peor aún, citar de memoria sin
haberse detenido a saber el exacto significado de la frase.
¿Ya sabes a cuál es
tu signo regente? Conversemos unos minutos y te lo digo.
Con gusto sería el signo que prefieras, menos el punto final!!
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