martes, 26 de noviembre de 2019

La vida es una hamaca…. a punto de romperse.

Es muy probable el título de este texto, te atrapó a la primera, que no sabes cómo pero cuando te diste cuenta ya lo estabas leyendo, te atrajo como atrae a la luz a un lepidóptero, o un imán a la limadura de fierro, te diría que no hay casualidades, pero ya que de casualidad sigues leyendo, quizás te has cuestionado más de una vez, para qué estás en este planeta, te has preguntado quizás si todo lo que te rodea no es más que un escenario móvil que se desecha unos instantes después y se arma el siguiente a donde te vuelves a hacer la misma pregunta. Otras veces seguramente te has preguntado también si la realidad es lo que conoces, si en verdad lo único verdadero es lo tangible, y de ser así qué aburrido y qué sinsentido. Pero ya estás aquí haciéndote preguntas que nadie te contesta, es más preguntándote porqué te preguntas algo que no sabes y si lo supieras no estarías preguntando, además nadie te va a responder en tus adentros, si la respuesta existiera, no te lo estarías preguntando, es similar a cuando vas a una tlapalería: no andas preguntando si tienen un desarmador de cruz que está a la vista en la zona de desarmadores, preguntas si no lo ves, es decir, formulas una pregunta cuando no tienes la respuesta, por eso la ociosidad del enunciado “me pregunto si…..”. Nadie se pregunta algo que ya sabe y si no lo sabe tampoco. Es por eso que existe la ignorancia inconsciente, ese estado de felicidad donde el ignorante no sabe que no sabe, comparado con la ignorancia consciente, de aquel que sabe que no sabe, estado muy parecido al del de no sabe que sabe, que no es para nada feliz ni funcional, pues trae en la bolsa un don que podría desarrollar, pero no se le ha ocurrido esculcarse. El menos feliz de todos es el que sabe que sabe, ese que no ignora las cosas pero tampoco ignora que las sabe, soberbio quizás lo llamen, atormentado se llama a sí mismo.

Por eso si llegaste a este texto sin saber porqué, probablemente estás en el estadío de la ignorancia inconsciente, provocando la envidia de los demás, imagínate que lo que no sabes es que la hamaca donde te balanceas está a punto de romperse y causarte daño, tú feliz de tu ignorancia, el ignorante consciente, sabe que algo va a pasar, pero no sabe exactamente qué, en comparación del feliz a secas, este segundo es un feliz preocupado. La infelicidad toca a los otros dos: el que sabe no sabe que sabe, en el momento que la hamaca rompe y se hace daño, se dice “lo sabía”, quiso alcanzar el estado de felicidad de los otros dos, por mera necedad. El cuarto que sabe que sabe, no tuvo oportunidad ni de sentarse en la hamaca, menos de balancearse, tenía claro que se iba a romper, le haría daño a menos que fuera un kamikaze.

En la vida todo es como esa hamaca, es lo que le quiero decir a los tres lectores que me quedan, el primero ya se hizo daño en la hamaca y ni se enteró (doble felicidad, pasar de un estado feliz de consciencia a la total inconsciencia). El segundo lector, aquel que sabe que algo puede pasar pero no sabe qué, la preocupación lo hizo estar alerta, su pareto 80/20, lo tiene en felicidad al 80, preocupación al 20 y ese 20 de preocupación lo puede dejarlo ileso en un 80. El tercer lector, aquel que no sabe que sabe, su proporción es de 50/50, puede alcanzar la felicidad en un 50% porque sabe que el otro 50 es un estado de alerta, así seguramente son los delfines, se dice que duerme solamente la mitad de su cerebro, la otra mitad siempre está alerta. El cuarto lector tiene dos opciones: subirse a la hamaca sabiendo que en cualquier momento se romperá y te puede hacer daño o nunca subirse y mantener intacta su integridad.



Hay un quinto lector, ese que repara la hamaca y se sube a balancear con la seguridad de que nunca se hará daño, de ese hablaremos en otra ocasión.



miércoles, 30 de octubre de 2019

Calaveritas Godín

Ponga el nombre o apodo de su compañero(a) de oficina:

Todos en esa oficina habían sido ligeros
Pero la huesuda se fue de espaldas
Fácil se llevó a todos los compañeros
Excepto a _____ la de las tandas.

La calavera no calaverita llegó por el pobre hombre
El de los diminutivos que cree hablar con respeto
El que a toditos les minimiza y cambia su nombre
De hastío hasta a la muerte perdió ya todo el apeto

Había un compañero setentero y bizco
Que todavía no se había jubilado
La muerte se lo lleva con música disco
Y para su consuelo, nadie le quitó lo bailado.

Ella era sana, fitness y vegana
Se creía por eso que era inmortal
Pero a la calaca que nadie le gana
 Se la llevó así pálida y flaca tal cual.

La muerte preguntó por el de la caja
Al 10% mensual el agiotista contestó
Bien sabe que con los buenos no encaja
Al infierno directo y con réditos lo mandó.

El gordito que fuma sabiendo que mucho no viviría
Con la muerte se hablaba de “tú”, presumía
Pero la dama de blanco sientiendo que la ofendía
No pudo cargarlo y con enfisema solamente lo castigaría.

En esa oficina godín no había espacio para un catrín
Su escalafón fue de casanova a chambelán  y chichifo balín
La muerte prefirió ignorarlo por su historial sin fin
Era su gran aliado por los que no compraron en la quincena su penicilín.

La catrina por la recepcionista llegó
Que tomara su turno ésta espetó
Traigo prisa, solo puedo en noviembre uno y dos
Irá después –le dijo- que el de diciembre Santa Claus

La muerte para su lista pidió una impresora
Si imprimir quería a soporte habría de llamar
Levantaron reporte y la apoyarían en una hora
Y como no la atendieron a toda la oficina pudieron salvar.

Con el de las copias se apareció la huesuda
Tres juegos engargolados al encargado pidió
Y ya se sabe que éste no trabaja sólo parece que suda
Así que al Office Max con sus originales la remitió.

A la consentida del jefe la muerte fue a visitar
El olor de barniz fresco de uñas no soportó
Y ella con sus encantos también la quiso conquistar
Pero la muerte no perdona y en puro hueso la convirtió.

Y así el rondín de escritorio en escritorio y silla por silla
Sin turno godín la muerte hoy su salida no va a checar
Sabiendo que hace tiempo ya nadie por ti llora ni chilla
Por tu número de empleado ya te marcó en su oficio circular.




miércoles, 2 de octubre de 2019

Hashtag #olimpia68



Llegaban algunos mensajes y memes sobre unas broncas de bandas en la ciudadela, palomilla se les llama a esos vaguillos que se la pasan escuchando música, molestando a las chamacas que transitan por ahí, tomándose sus cheves y quemándole las patas al diablo.

Al mismo tiempo aparecían memes del bocón del presidente y sus temores de que los mensajes manifiestos que habían circulado por twitter y luego como capturas de pantalla en WhatsApp fueran a crear fanatismo en todos esos jóvenes que la daban like a citas rojillas, o sea aquellas que hablaban de la URSS, de Cuba, de la revolución que retiraba privilegios a unos cuantos y dejaba en igualdad al resto de la población, que hablaban del lucro social y de las teorías de conspiración sobre rusos extendiendo su ideología en la deep web y haciendo crepypastas sobre consecuencias desastrosas que no habían todavía ocurrido, pero que era completamente probable que sucedieran.

Los MP3´s de los padres no se habían actualizado, los rucos seguían escuchando música de hace muchas décadas, toda aguada y aburrida. Nosotros ya intercambiábamos canciones de grupos ingleses, que sonaban más aceleradas y psicodélicas, también nos mandábamos giffs con citas todas estrambóticas como “prohibido prohibir”, “amor y paz” con fondos animados y algunos en Insta, le metían música. Los menos pipirisnais ya te insistían que oyeras canciones de nueva trova y otras que decían que eran de protesta, no pegaban mucho porque se oían como gritones agarrando a arañazos la lira.

El caso es que se empezó a hablar de cambios, los tuitazos que llegaban de la chaviza francesa saliendo a las calles y pidiendo apertura, wifi gratis, portales de noticias sin suscripciones caras, internet sin límite para videos, los gamers pedían libre acceso con sus consolas, música o streaming sin censura, intercambio de PDF’s y libros digitales con traducción simultánea del ruso, del alemán, del inglés, etcétera. Nosotros empezamos a decir ¿por qué no?, si hay “primavera francesa”, que aquí haya siquiera “otoño mexicano”.

Y luego empezó la publicidad para las olimpiadas, no podías ver una canción o video de fail army, completo sin que te apareciera el logo 68 estriado y diciendo que México le daba la bienvenida a todo el mundo, sin botón de “saltar anuncio”, esas eran imposiciones gandallas.

Total, se organizó el despapaye en las tres culturas, quedamos de vernos para llegar en tole o en camiones de primera y segunda, de plano algunos llegarían cocodrilos. Los que no pudieran llegar verían el speech en transmisiones en vivo, la idea era retuitear todo, sin bronquitis.



Pero empezaron a llegar mensajes de que Tlatelolco no era seguro, de que le habían robado el celular y los audífonos a uno, que le habían arrebatado la Tablet a otro, que algunos eran gorilas vestidos de civil… nos dijeron que tapáramos la cámara frontal de todos los celulares porque nos los estaban hackeando, lo último que algunos vieron fue el hashtag #olimpia, hubo ratos de que ya no llegaba ninguna red de wifi y casi para todos se apagaron los datos. Los que alcanzaron a grabar la bengala que cayó en medio de las tres culturas, ya no pudieron postearla y para entonces ya ni el waze nos alcanzaba a decir cómo estaban las vialidades alrededor, se habló de camiones con gorilas y güeyes que traían todos un guante negro en el puño izquerdo y se oyeron balazos……

 - Pérate Abue, algo ya no me checa, ¿qué modelo era tu celular?

- “mimeograph”

- Google dice que no hay un celular con ese modelo y que no mandaría WhatsApp sino hojitas impresas.

- ¿Te sigo contando pues?

- ¿falta mucho para lo final?

- A la fecha no ha terminado.

-Entonces ya no, Abue.

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jueves, 8 de agosto de 2019

Conspiranoide


Me apareció un video que me puse a ver unos minutos, decía que existen tres razones por las que la humanidad no es originaria del planeta tierra.

1.-No somos originarios de este planeta porque se nos quema la piel con el sol, seguramente nuestro planeta de origen estaba un poco más alejado del astro rey y por eso nuestra piel no está diseñada para esta cercanía. De la misma forma, la radiación del sol nos lastima la vista, por eso usamos gafas oscuras, porque nuestra vista no está diseñada para esta distancia del sol.

2.-Padecemos dolores de espalda porque el planeta del que provenimos tenía una gravedad más ligera, de modo que al cargar con nuestro propio peso aquí en la tierra, nuestro esqueleto sufre de un esfuerzo y daño para el que no está diseñado.

3.- Siempre tenemos sueño, nuestro ciclo de dormir está alterado y cada lunes al despertar sentimos que nos falta una hora, eso concuerda con el razonamiento de que existe un planeta vecino cuyo movimiento de rotación es de 25 horas: Marte.

Quienes presentan como irrefutables estos argumentos, se basan en información empírica: no existe otro animal que sufra quemaduras o que frunza el ceño porque el sol no le permite ver bien.

Sobre la lógica de dichos argumentos “irrefutables” (hay que recordar el conocimiento científico no es irrefutable ni dogmático), podemos obtener más argumentos que apoyen esta idea, ya que con tal ligereza, al parecer se puede llegar a cualquier conclusión, así que aquí van 10 razones más para decir que el humano (no los hombres o las mujeres como decía John Gray, sino el humano como especie) se originó en otro punto del espacio y fue “sembrado” en este hostil planeta:

1.- Somos la única especie sobre la faz del planeta tierra que no está preparado para recorrerla a pie, ningún otro animal requiere de zapatos o botas para evitar cortarse o pegarse en el dedo pequeño. Si la temperatura es alta, se nos cocinan las plantas de los pies, si es muy baja, se congelan y mueren y de no ser amputados gangrenan toda la extremidad. Se nos hacen cortadas con las piedras del camino y nos resbalamos si caminamos en superficies mojadas. Nuestro pies poseen uñas que no sirven ni para quitar la cáscara de una mandarina, si fuera real la teoría de la evolución, hace cientos de años que ya no tendríamos uñas en los dedos de los pies.

2.- Somos los seres vivos que necesitamos una segunda piel, todos los demás animales, corren, vuelan, nadan, reptan con el mismo atuendo. Si nosotros tenemos frío, usamos abrigo, pero si con ese abrigo caemos al agua, se nos imposibilita flotar. El frío nos pone la piel morada y quebradiza, el viento la deja reseca, el sol la quema, el agua la arruga y puede disolverla. El planeta no ayuda, todo ecosistema es una amenaza mortal para el humano al desnudo.

3.- Seguramente en Marte, hace miles de años, cuando era habitable los alimentos se encontraban precocidos, sin cáscara, condimentados, sin hueso y con la dosis exacta de ácidos, proteínas y carbohidratos, además de poseer una apariencia suculenta. En el planeta tierra no existe un alimento que reúna todas esas características, a falta del mismo, tenemos que cocinar, salpimentar, pelar, moler, poner en salmuera, dorar, extraer semillas para no enfermarnos, higienizarlos para que las bacterias locales no nos maten por dentro y hasta adornarlos porque si no son agradables a la vista no les hincamos el diente. Ante la carencia de ese alimento o cadena de alimentos hemos tenido que comernos a nuestros vecinos y nos justificamos con la inventada cadena trófica o alimenticia. Ante nuestra incapacidad de generar nuestros propios alimentos por fotosíntesis, terminamos comiendo, previa cocinada, todos los demás seres vivos sean animales, vegetales y hasta minerales.

4.- Es todo un tema la higiene personal, yo no veo al cocodrilo preocupado por cepillarse los dientes después de comer patos, nosotros al pato lo hacemos paté y luego de comerlo nos cepillamos los dientes con técnicas estudiadísimas y con productos artificiales, o no llegamos a nuestra media de vida con molares, incisos y caninos, tampoco veo a un camello o jirafa preocupados porque llevan tres días sin ducharse media hora bajo el agua y con acondicionadores para evitar la pérdida, quiebre o resequedad del pelaje, no veo a las nutrias saliendo a secarse los pies y aplicarse fungicida para evitar los malos olores que alejen a su pareja. Ni a un guepardo aplicándose en las axilas desodorante antes de correr. Las condiciones en Marte eran completamente diferentes, dejarse el cabello largo no significaba rastas, tener la piel expuesta a una atmósfera por lo visto benévola, no te hacía imán del polvo y lodo (derivados de la tierra, así se llama este planeta).

5.- Cuidados maternos y embarazos delicados: la gravedad de Marte por ser inferior a la de la tierra, no daba oportunidad a embarazos delicados, pues nada de que - el bebé ya se bajó- y -mejor no camines desde el sexto mes-, sino sigue todas tus actividades con el producto flotando en tu vientre, se dice que los globos de gas que a los niños les encanta llevarlos de un hilo para verlos flotar sin caerse, no son más que una reminiscencia de nuestra memoria más profunda que nos recuerda ese bulto casi sin peso ni molestias en el que se portaba durante 8.6 meses. Porque ese sin ser otro tema, sí es otro cuento: un bebé en Marte no se gesta en 9 meses sino en 8.6, recordemos que un día en marte tiene 25 horas, así que los nueve meses, que dura aquí la gestación humana, si lo dividimos en 4, hace 36 semanas, éstas divididas entre siete que son los días de la semana, da 252, estos 252 días que en la tierra duran 24 horas, al dividirlo nos da 6,048 horas de gestación, si las convertimos a días de 25 horas, nos da 242, esos lo convertimos en semanas y da 34.6, que en meses significa 8.64, así que nuestro problema no es que seamos humanos, sino nuevemesinos. Desconfíe usted de aquellas mamás cuyos bebés nacen en la semana 34.6, no son terrícolas.

6.- La diferencia de gravedad entre Marte y la tierra pareciera otra maldición, aquí pesamos más. Como es sabido, la gravedad en el planeta tierra es una constante de 9.807 m/s2, o sea que cualquier objeto que se deje caer, independientemente de su peso, la gravedad lo atraerá hacia abajo a una velocidad de 9.8 metros por cada segundo elevado al cuadrado, pero en Marte la gravedad es una constante de 3.711 m/s2, ¡casi la tercera parte!, si a usted le preocupa pesar 90 kg, en Marte no pasaría de 30 kilos. ¿Le gustó el libro de “los hombres son de Marte y las mujeres son de Venus”?, si es usted mujer, déjeme decirle que la gravedad en Venus es de 8.87 m/s2, (John Gray quiso decirle gordita aquí y en Venus). El récord olímpico de salto de longitud no estaría en nueve metros sino en 30 por lo menos. Imagine usted dar una zancada de 25 metros (a menos que sea atleta, ese sería un modesto promedio). Seríamos exploradores por naturaleza, no viviríamos confinados a pequeñas ciudades, en Marte éramos más libres, ligeros e higiénicos.

7.- En el ámbito filosófico y existencial, nuestras diferencias serían menos radicales, nadie se estaría preguntando ¿de dónde vengo?, sabríamos que de Marte y eso aplanaría hasta las diferencias raciales y discriminatorias. No sería cursi hablar de un sublime cielo azul, es más, añoraríamos un cielo rojo como la canción de Juan Záizar.

8.- Otro argumento para decir que somos originarios de Marte es que la atmósfera terrestre nos tiene acostumbrados a gritar, la densidad del aire es más pesada aquí y el sonido no viaja con la misma facilidad que lo hacía en el planeta rojo, si en nuestra naturaleza estuviera gritar, no existiría la palabra “afónico”, pues el diseño de nuestras cuerdas vocales, estaría adaptado para generar los decibelios que necesitamos en este planeta azul. De aquí ha surgido la otra teoría conspiranoide que dice que aquellas personas que hablan bajito y que prácticamente no saben gritar, son una raza más pura del planeta rojo.

9.- Nuestra relación con el agua, muchas voces dicen que el agua es un compuesto raro, como que su punto de ebullición no siempre es a 100° o el de congelamiento a 0°, hay variaciones, se dice que el agua es vida, pero una de las formas de tortura es dar de beber más agua de la que necesita una persona, se dice que necesitamos beber ocho vasos, pero si te los tomas juntos, tu cuerpo reacciona por lo menos con pesadez, el agua en una temperatura media, nos hace bien, pero en sus extremos nos resulta fatal, somos el ser vivo que necesita agua diariamente, pero que debe cuidarse de la misma para no arriesgar la existencia, pues por una combinación con la gravedad, ya mencionada en el punto seis, no podemos flotar, necesitamos esfuerzos mayores para no hundirnos y a diferencia de casi todas las demás especies animales, si nuestras vías aéreas o sea las encargadas de la respiración se llenan de agua, perecemos. El equilibrio entre humedad y resequedad es tan delicado que ha desaparecido a civilizaciones completas, humedad de más nos enferma y ausencia del líquido nos mata. Hasta ahora no se ha confirmado que hubiera agua en el planeta Marte y debe usted saber que tenemos robots exploradores recorriendo y mandando continuamente datos de sus hallazgos en el planeta rojo. Por otro lado, en el planeta Tierra existen animales que nunca en su vida beben agua, una de ellas es la rata del desierto, obtiene la hidratación que necesita a través de consumir cactáceas. Hay evidencia de insectos con mecanismos para condensar humedad del ambiente y lograr autosuficiencia sin tocar jamás un estanque de agua. Así que nos falta descubrir cuál es el mecanismo por el que el humano puede hidratarse sin una relación directa con el agua. Un punto en contra de la teoría de la adaptación de los organismos, defendida por los evolucionistas, es que luego de supuestos millones de años de convivir con agua salada, que es lo más abundante que tenemos a nuestro alcance, aún no hemos logrado la mutación que nos permita consumirla.


Imagen compuesta a parir de  https://news.culturacolectiva.com/ciencia/31-de-julio-marte-estara-en-su-punto-mas-cercano-a-la-tierra/ y de http://megustavolar.iberia.com/wp-content/uploads/2922128673_8a6f85a718_z.jpg


Y

10.- Los seres humanos somos la especie más torpe y desprotegida, resulta que además de una gestación larga y lastimera, somos la especie que más tiempo tiene que pasar al cuidado de los adultos de la manada. Muchos hablan de la fragilidad del recién nacido, pero hemos visto un tiburón nacer y empezar a nadar con maestría, un potrillo recién parido incorporarse en sus cuatro patas, un ave romper el cascarón y caminar o volar de inmediato. El humano recién nacido, no es que sea inadaptado sino que está en el planeta equivocado, el tema de la gravedad no nos deja caminar sino hasta después casi 14 meses, el hecho de no tener un mecanismo para hidratarse como en Marte lo lleva a depender gota a gota de los mayores. Tienen que pasar casi ocho meses para que pueda comer alimentos terrícolas, antes de eso tiene que ser alimentado por su madre o con suplementos que ha llevado décadas desarrollar. Nuestro desplazamiento por el planeta es de los más lentos e inseguros, cualquier otro animal se desplaza si así lo requiere, enormes distancias comparadas con su soma o cuerpo, la adaptación de todos los demás seres vivos a los climas y ciclos del planeta es fluida y natural, el humano no puede pasar sin ropa y sin cubierta una noche en el desierto, o en el hielo y ni se diga en el agua. Quizás en donde los evolucionistas tienen razón es que nos hemos desarrollado intelectualmente para suplir todas nuestras limitaciones, pero ellos mismos aceptan que en el camino se fueron quedando muchas especies de homínidos. Hace pocas décadas empezamos a aceptar la teoría de la panspermia dejando la posibilidad de que la vida en la tierra llegó desde el espacio exterior, pero no como que meteoritos trajeron emigrantes de Marte, sino como que microorganismos empezaron a hacer un recorrido al que le faltan muchos eslabones para ser creíble y tapar muchas lagunas para ser consistente. Tome en lector con criterio y humor estos 10 argumentos.







miércoles, 31 de julio de 2019

50´s: factura o saldo a favor


Hace poco dejé de usar corbata diario en la oficina, la presión por la impecabilidad en la presentación se ha relajado, la atención a las mancuernillas de la camisa o a la combinación de color y brillo de los zapatos, se ha orientado a ser escuchado, a valorar las propuestas y reconocer resultados.

La presión por el automóvil lavado, encerado y con las llantas brillantes, se ha redirigido a atención por la seguridad, a su buen uso, a contar paseos y conversaciones durante el trayecto, en lugar de solo medir kilometrajes.

Estar al día en los estrenos de películas, los conciertos, las contiendas deportivas, el espectáculo de moda, los personajes de quienes todos hablan, el chiste más gracioso, el perfume más reciente o el gadget más actualizado, se ha cambiado a re-visitar las películas clásicas, a mirar con calma las propuestas nuevas, retomar viejos libros, saldar deudas con autores universales (es decir, leer aquellos libros que debí leer y no me di tiempo o que me conformé con reseñas y solapas).

Dejar de lado el hambre curricular, aquel criterio de que si no hay constancia o diploma no vale la pena ir. Dejar de ceñirse a un área de estudio, tomar lo que sirve desde otras disciplinas o mirar con asombro los conocimientos que se supone vimos en bachillerato y hasta ahora caemos en cuenta que sí son útiles.

No solamente deja uno de usar corbata, sino dejar la prisa, dejar de llenar cuantitativamente la agenda, en su lugar priorizar, mejor un solo compromiso donde está uno al 100% y no varios de pisa y corre: calidad no cantidad.

Escuchar música no con altavoces para que los demás se enteren de los gustos personales, sino a un volumen prudente para disfrutarla mediante una buena selección y calidad de audio. Complementando la experiencia con caminata o con degustación de un buen vino, con lectura quizás.

Dejar las ventanas abiertas y permitir que la vida fluya, que el amor se aparezca sin tener que hacer decenas de publicaciones en redes sociales, valorar la conversación, la compañía, compartir esa necesaria combinación de paz, diversión, agitación y calma, nunca más vivir para apariencias o poses, sino mostrar y comprender la esencia.

Tengo un par de corbatas en el cajón de mi escritorio, porque cumplir 50 años tampoco es adoctrinarse en anomia social. Cuando las exigencias del tiempo y estar a la altura de las circunstancias lo requieran, lo exterior puede volver a ser como antes, nunca lo interior.
Los frenéticos 20´s, los saturados 30´s, las crisis de los 40´s, cada etapa hay que vivirla intensamente de modo que a la edad nada le debas, no te cobre factura, sino tengas saldo a favor.



miércoles, 15 de mayo de 2019

Contingencia ambiental y doble moral, cuando las partículas PM 2.5 afectan la vista gorda.


Podríamos llenar de videos las redes sociales de ciudadanos cometiendo infracciones, que más allá de ser faltas a la normatividad, se vuelven ejemplos de incongruencia. Quejarse e indignarse ante las acciones que cometen los demás, parece que limpia y exime las acciones propias.

Las acciones de la ciudadanía parecen un doble collage, donde por un lado, se habla, se propone y se expresa admiración por acciones con orientación positiva, pero en el día a día se lleva un collage de acciones opuestas a lo que se dice. Lo que aquí falta se llama congruencia, es un alto valor, pero no ha sido transmitido a las nuevas generaciones.

Existen temas de moda y temas eternos que ejemplifican la incongruencia: hoy existen quienes se desgarran las vestiduras por promover el desuso de los popotes, pero tiran en la calle la envoltura de su cajetilla de cigarros y las colillas, que por cierto tardan más en degradarse que los popotes.

En la Ciudad de México parece imposible frenar la gentrificación y construir sobre cualquier terreno una torre de departamentos nuevos, cubrir con concreto cualquier espacio verde y podar los estorbosos árboles para que cuelguen libremente los cables de luz, y de fibra óptica.

Hoy todo inmueble desocupado, se convierte de inmediato en mall o centro comercial, se levantan las voces de los vecinos para protestar por el aumento de circulación vehicular y escasez de agua, pero una vez inaugurado se aposentan de él y continúan o adquieren nuevos  hábitos consumistas.

Imagen tomada de https://ep01.epimg.net/internacional/imagenes/2018/06/07/mexico/1528323727_423802_1528324251_noticia_normal.jpg

La ciudadanía se indigna por las especies que se encuentran en peligro de extinción como la vaquita marina o e l rinoceronte blanco en África, pero ni se inmutan cuando se quedan sin hábitat ardillas, cacomixtles, lagartijas, tuzas, teporingos y tlacuaches, últimas especies en endémicas del valle de México. De no encontrarle parecido a un pokemón, el ajolote o Axólotl endémico de Xochimilco hubiera desaparecido sin más agitación.

La Ciudad de México era un territorio que cruzaban diversos ríos y arroyos, heridas de agua los llama Claudia Marcucetti, pero se tuvo la genial idea de entubarlos o convertirlos en barrancas, de una u otra forma, se les trató como drenaje. El crecimiento de la mancha urbana, es decir, concreto y pavimento, bloqueó la posibilidad de re-alimentar los mantos acuíferos subterráneos y ahora la ciudad se hunde paulatinamente como una torre de hecha de naipes, con una fragilidad alarmante.

Se hablaba de pulmones de la ciudad, un parque, un campo de golf, un bosque, mismos que enseguida se convirtieron en desarrollos inmobiliarios con vista al bosque, con vista al parque, con vista al campo de golf. Y eso los desarrolladores visibles, porque por otro lado se han dado las invasiones de pedregales y cerros como plaga, asentamientos irregulares que con el tiempo ven atendidas sus demandas, de agua, de energía eléctrica, de pavimentación…. durante mucho tiempo a eso le estuvimos llamando progreso.

Hoy esas voces que por circular en bicicleta, que por verbalizar “sin popote están bien”, que promueven azoteas verdes y que dicen comer vegetales orgánicos y cerveza artesanal. Deberían preguntarse si son congruentes sus acciones, si las buenas intenciones son suficientes para resarcir la deuda que sus padres, abuelos y demás ascendentes dejaron. Ya no basta con reforestar los pocos espacios que quedan, la situación es radical y habrá que devolver espacios grises que nuevamente se vuelvan verdes. 

Ya no estamos en la situación de colaborar con la ecología, sino de compensar el daño, es similar a haber tenido una abuela matriarcal, fuerte, poderosa y generosa, a la que los hijos, los sobrinos, los nietos y los bisnietos que crecieron exponencialmente ya no son invitados a desayunar con ella los domingos, sino que ahora en asilo, pide que se acuerden de llevarle una botella de agua y una frazada o por lo menos que no le contaminen la solución fisiológica intravenosa.


 Imagen tomada de https://i0.wp.com/laredodaily.news/files/2018/08/Colillas-de-cigarros.jpg?fit=700%2C460&ssl=1





lunes, 8 de abril de 2019

Nostalgia al revés: Botellita de Jerez




“Guarda mi corazón, ahí te lo encargo, sabes que luego luego iré por él. 
No permitas que el amor se nos escape, ponlo a trabajar. 
Dale chance no le ahorres el trabajo, ejercítalo.”
Botellita de Jerez

La semana pasada se cerró un ciclo cultural, musical, rebelde, irreverente: Desaparece la banda de Rock Mexicano Botellita de Jerez, una disculpa por encasillarlos en “rock mexicano”, su género musical era más amplio, casi, un género aparte.

El ciclo que se cierra, se abrió hace algunas décadas, en la segunda mitad de los años 80’s cuando alguno de mis hermanos llevó a casa un casete de Botellita de Jerez, siendo nosotros, cinco adolescentes compitiendo por ser la oveja negra, nos atrajo el modo particular que tenían de hacer música, burlarse de lo establecido, parodiar lo existente, hacer crítica social, mirar hacia la cultura del mexicano de a pié, del peladito de la calle, del  albur y lo pícaro, descubrir que la letra encriptaba albures y dobles sentidos, que hacían una fusión irreverente de estilos musicales, admirando su ingenio y lo desenfadado de su forma de comunicar, de poner a pensar con humor. Con pocas referencias a esa cultura que primero nace como alternativa, es decir, no era para la hora familiar de Siempre En Domingo y ni para escucharse en la radio comercial, aquella radio como 97.7 fm,  que en su momento censuró una canción de los Hombres G, que en España se atrevían a cantar “sufre mamón, devuélveme a mi chica”, no podían programar “Pinche Malinche, lo Cortés no quita lo Cuauhtémoc”. Así que Botellita de Jerez tenía que ser escuchada así como el disco del TRI "Hecho en México", reunido con amigos malhablados , así como Rockdrigo González, con apertura para escuchar al profeta del nopal, con la irreverencia para atreverse a decir lo que los papás nos dijeron siempre que calláramos.





Botellita de Jerez, cuyo nombre de la banda, es el principio de la frase “botellita de jerez, todo lo que digas será al revés” frase aplicada a aquél que te decía una grosería, insulto o te sometía con un albur, esa frase setentera, te daba entre inmunidad e invulnerabilidad, similar a “carcacha, carcacha, lo que digas se te retacha” o a la defensa más pueril de levantar el dedo índice y decir “rebota aquí y se va pa´ti”. Desconozco cuál es la explicación oficial para el nombre de la banda, pero no hay mucho más que rebuscar por ahí.

No es esta la biografía de Botellita de Jerez, por si se me escapan datos trascendentales, para eso debe haber sitios dedicados a la música alternativa, al rock mexicano y al Guacarrock. Ese es el anecdotario de lo que escuchaba el adolescente que fue quien esto escribe. La banda que siempre estuvo fuera de lugar. Es triste decirlo, pero salvo pocos momentos cumbre, los Botellos siempre estuvieron fuera de lugar, sacaron en 1984 una propuesta cargada de humor descomponiendo y componiendo palabras y frases tal como se hacía en los años 70’s, allá donde el joven pasaba de decir “no hay bronca” a “no hay bronquitis” y dejarlo en “no hay tos”. Esa mitad de los años 80’s donde se estrechó y casi disolvió la brecha entre la “chaviza” y la “momiza”, previo a la aparición de los “Chavorrucos” y el fin de la música separada por generaciones.

Botellita de Jerez, había entrado por la puerta grande del rock alternativo, pero exploró la puerta chica del pop oficial y tomó la salida prematura de la cumbia y el rap. De irse consolidando para una banda de culto en la contracultura, apareció en telenovelas comerciales y quedó en un “yo soy de aquí, no soy de allá, tu ni de acá ni de allá, ni pichas, ni cachas, ni dejas batear, te caerá la maldición del buen dios Tezcatlipunk…..”





Yo conocí en vivo por lo menos en dos ocasiones a la banda, una vez en el centro de Coyoacán, donde cantaban la cumbia de “Abuelita de Batman” y aquella de “cuando apenas era un jovencito”, quise quedarme a escucharlos más, pero la novia fresa de ese momento, con cara de “¿Cómo crees que vamos a quedarnos a escuchar eso?”, siguió caminando por su helado a la Siberia. Sin darme oportunidad ni de preguntar “¿Ton´s qué mi reina?”. Esa cumbia de “Abuelita de Batman” la había llevado yo en un casete en un viaje a la playa con amigos, un viaje de una semana que nos quedábamos en la casa de la familia de uno de ellos, hacíamos fiesta o juego de cartas casi todos los días, y yo puse tantas veces  el casete de “Abuelita de Batman”, que empezó a gustar, semanas después, mi amigo me dijo que le pedían copiar el casete y que ya la ponían en las fiestas del pueblo.  Esa promoción que le hice a los Botellos compensa todas las copias piratas que se hayan obtenido de mi casete comprado en la Discolandia del Metro Insurgentes.

En sus fueras de lugar, Botellita de Jerez pasó por la denostación de sus seguidores cuando los vieron cantando cumbia y metiendo rap, eso se le permitía a Caifanes con la Negra Tomasa pero no a los Guacarrockers, hoy todos cantan con los Ángeles Azules, pero no en el momento que lo inició Botellita de Jerez.

La banda nos hizo cuestionar con humor el Malinchismo, los anglicismos con el pegajoso “Oh Dennys no la hagas de toks en wings”, la soledad con “Todos tienen tortita menos yo”, la nota roja con “Alármala de tos”, el reconocimiento al Santo el enmascarado de Plata, con la irreverente paráfrasis a Bertolt Brecht: 

“Hay hombres que luchan un día y son buenos.
Hay otros que luchan un año y son mejores. 
Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. 
Pero los hay que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles.
 todos los domingos, esos son los chidos.”

Y en mi caso cada vez que discuto con mi enciclopédico hijo sobre los hipotéticos enfrentamientos de los superhéroes de Marvel o DC Comics, le canto la estrofa de esa misma canción del Santo: “Batman y Superman, superhéroes de historieta, nunca subieron al ring, le sacatearon al parche, el Santo sí era la neta”.

Tuvo la Banda, luego su etapa Pop, menos irreverente más artística, más cuidada, de esa etapa yo tomé la canción “niña de mis ojos” y la puse en un video en youtube, donde sólo se ven mis pupilas (https://youtu.be/tM3WyJjxW80)

“Niña, niña de mis ojos

que voy a hacer para cambiar todo a mi alrededor / todo a mi alrededor

Niña,  quítame los ojos

para no ver lo que no tiene solución / lo que no tiene solución.




La banda y su guacarrock, así como el guacamole, se oscurecían, parecía que había que desecharla y luego se rehacía para reverdecer más que nunca, sus bajadas y subidas, su sequía y sus etapas más exitosas, eran una constante. Los fans dejamos atrás esas etapas de rebeldía irreverencia, albur y crítica social, pero los Botellos nunca decepcionaron, escribían libros, hacían películas, videoclips, aparecían en la televisión ahora como ícono de la nostalgia por aquella contracultura.




La segunda vez que los vi fue en el Multiforo Tlalpan, en un concierto en el que retomaban sus raíces, presentándose en un escenario llano, sin escenografía y con sus casi cuatro instrumentos, guitarra, bajo, batería, teclado y el inservible caracol para cantar Tlalocman. (Aquí la parte del show es que tratan de hacer sonido prehispánico con un caracol y por más que le soplen, el sonido no se reproduce, así que destapan una cerveza, se la toman frente al público y al soplar la botella el sonido es magnífico). Invité a todos mis hermanos, pero ninguno me acompañó, Botellita de Jerez ya era como un fósil viviente y además entre compromisos familiares y cuidado de bebés, ninguno pudo ir, a eso se refiere exactamente lo que dice Tlalocman: “De día muy temprano tengo que checar, de noche, me transformo en el Tlalocman, me sobran superpoderes también me sobra virilidad… pero mi suegra me quiso regañar, por haragán…”. Así que por ahí del año 2010, estuve coreando todas las canciones que me hacían reír  un cuarto de siglo antes. Creí que no vería a Sergio Arau, porque se había vuelto toda una celebridad después de dirigir la película “Un día sin mexicanos”, pero ahí estuvo, rindiendo homenaje a la banda, con sus pantalones punk combinados con platería de Charro, Ahí estuvo Armando Vega Gil el Cucurrucucú con sus canas como de abuelo y sus premios de literatura a cuestas. Estuvo El Mastuerzo con ese look doble: de frente decías ahí viene el calvo y de atrás decías ahí va ese greñudo. No cantaron cumbia ni rap, eso ya lo habían prometido antes, pero sí sus versiones a obras de Rockdrigo González y de Jaime López.

La separación de la banda se anunció a principios de abril de 2019, luego de que se suicidara Armando Vega Gil, el Cucurrucucú. Sin comentarios, apologías ni condenas a esa forma de quitarse la vida, queda su aportación contracultural, su divertida forma de cuestionar lo establecido, la mirada despectiva a lo comercial y la nostalgia a nuestra adolescencia que no fue ni rockera, punk, pop, rapera ni de cumbias, sino de una fusión de rechazo a todo lo anterior, un género aparte.

¿Ya dije quién de mis cuatro hermanos varones ganó la competencia por ser la oveja negra?