miércoles, 26 de febrero de 2014

Liberarse de la publicidad II


Publicidad no deseada en Internet

En nuestros días los anuncios espectaculares, muros pintados, volantes repartidos por la calle, voceadores y promotores puerta a puerta parecieran la prehistoria de publicidad, porque cada vez nuestras actividades cotidianas se desarrollan más en un medio virtual o de comunicaciones remotas como es internet. La publicidad se ha abierto y apropiado espacios de los que también los internautas tenemos que salir bien librados.
Publicidad para servicios gratis.

El correo electrónico gratuito no es otra cosa que un medio para la publicidad con garantía de clientes frecuentes, que además son la propia fuente de conocimiento para publicidad más personalizada, target bien definido. Desde los años 90 del siglo pasado que se popularizaron sitios de correo gratuito como Hotmail. Yahoo. Latinmail y luego gmail, entre muchos otros hermanos menores, se nos otorgó el privilegio de mantener un buzón personalizado, aparentemente gratuito. Sin embargo se ha tratado de páginas de internet plagadas de ligas hacia productos, servicios, entretenimiento de paga y típicos comerciales de viajes, almacenes y membresías. Algunos definitivamente son su propio patrocinador, es decir, con hacer uso de sus cuentas de correos electrónicos se lleva registro de visitantes que son el blanco perfecto para ofrecer servicios de difusión a terceros.

 Las estrategias sutiles más utilizadas para que el usuario reciba los mensajes  de publicidad son los constantes cambios de diseño, de forma tal que si un usuario se habituó a hacer clic siempre del lado izquierdo a cierta altura de la página para acceder a su correo, un día hace clic ahí y luego se entera que el diseño cambió y el botón de acceso fue colocado en cualquier otro lugar, ni culpar al proveedor, pues el usuario debería estar atento a esos cambios. Cambiar botones por palabras subrayadas, sobreponer ligas a publicidad rodeando un área muy reducida, lo que provoca que el usuario aumente sus posibilidades de equivocarse y hacer clic en una liga a hacia una página o elemento de publicidad inevitable.
Existen estrategias menos sutiles y estas son las que indican que la publicidad se cerrará dentro de algunos segundos, a sabiendas que el usuario tratando de abrir sus mensajes no despega la vista de la pantalla todo ese tiempo.
De las estrategias menos sutiles, pasan a las estrategias engañosas, donde se ponen ligas a publicidad disfrazadas de opciones del correo, o del mismo botón de ingreso, salida o impresión que seguramente el usuario oprimirá, pero obtendrá resultados diferentes a los esperados. Muchas páginas de videos por ejemplo, ponen un enorme botón que dice <reproducir> junto a otro que dice <descargar>  están casi escondiendo una liga minúscula en la palabra <iniciar> la cual es la que reproduce el video esperado, las otros botones descaradamente grandes llevarán a pantallas de publicidad. El truco más molesto es cuando el botón <cerrar ventana> también está disfrazado y redirige a otra página sin cerrar la actual, produciendo gasto de recursos de memoria,  procesamiento y tiempo, volviendo lenta la experiencia inicial.
Hay otro tipo de publicidad que aparece como latente, es decir, se activa en algún momento ajeno a la actividad del usuario, por ejemplo en una página de búsqueda al cabo de presentar 20 resultados, lo siguiente es una página de publicidad y hasta que el usuario tenga interacción con ella, se cierra para dar paso a los siguientes 20 resultados.
Luego de la publicidad sutil y engañosa el siguiente grado podría considerarse ilegal, aquella publicidad que aparece sin ser activada, que aparece como resultado de otra acción solicitada y que llega a bloquear el navegador, a inhabilitar las páginas de origen, a descargar programas no solicitados y hasta a introducir programas que afectan el funcionamiento de los equipos o definitivamente insertar virus informáticos. No me refiero a las cookies, ya que de esas está advertido el usuario y generalmente las acepta en los términos del servicio.
Navegar bien librado de publicidad:
(Intento utilizar los menos tecnicismos posibles)
1.- En primer lugar, tener presente que navegar en internet es cruzar un campo de bombardeo de publicidad, tener claro que igual que en las tiendas de autoservicio, los artículos de primera necesidad están hasta el fondo y los consumidores tenemos que cruzar varios pasillos de productos llamativos, ofertas del día y anuncios de todo tipo para llegar a lo que sí necesitamos y de igual forma, a la salida, se disponen en las cajas todo tipo de antojos, revistas, juguetitos, bebidas individuales por si el tiempo de compras aceleró nuestra sed o apetito, quizás haya sido tan aburrido que las ganas de comprar una pelotita anti estrés de goma, ahora sean irresistibles.
De igual forma llegar en una página de internet a la información que más nos interesa implica cerrar varias ventanitas emergentes y resistirse a los anuncios de calcule su edad, lea qué le depara su horóscopo, vea a la celebridad en su último escándalo, haga clic para ver el video que está dando vueltas por todo el mundo, baje de peso, usted es el ganador por ser el visitante un millón, contacte solteras o solteros en su área y muchas muchas más.
Luego de brincar la publicidad obvia, es necesario distinguir entre la publicidad engañosa, por ejemplo, si en el buscador, se tecleó, el antónimo para la palabra “lacónico”, habrá cientos de robots que recogen la palabra lacónico y la ponen para que el buscador la localice, así tendremos que los primeros resultados de la búsqueda, anuncien diccionario de sinónimos y antónimos, buscadores de palabras, traductores a otros idiomas, tareas escolares, etcétera, pero ninguno contestad directamente “en antónimo de lacónico es superfluo”, porque son ligas a diversos sitios donde uno se encontrará banners o letreros de publicidad, muchos disfrazados de la respuesta. Otros con la respuesta subrayada como enlace, para que el usuario haga clic y avance a publicidad bajo su consentimiento.
2.- Ignorar todos los banners o recuadros coloridos y con movimiento, nadie invierte en cosmética para lo básico (recordemos los supermercados), generalmente las respuestas a nuestras búsquedas así sean de texto, imágenes o de otro tipo, aparecen si mayor parafernalia.
3.- Atajos del navegador:
·         El principal atajo que utilizo dentro de un navegador es la combinación de teclas <ctrl-f>  (control y la letra F al mismo tiempo), este es un buscador de cadenas de texto dentro de la página, aprovechándolo, y escribiendo exactamente la palabra (lacónico por ejemplo) nos dice en primer lugar cuántas veces aparece y nos permite desplazarnos entre cada una de las ocurrencias, entonces si dice “lacónico” y se ilumina su primera aparición, pero pertenece a un recuadro de publicidad, al darle clic en siguiente se va a la próxima aparición y también la ilumina, de modo que haciendo esto repetidamente puedo llegar a la palabra que busco sin necesidad de leer ni distraerme en cada uno de los distractores.
·         Otro atajo es utilizar la tecla <tab> tabulador, al presionarla repetidamente se salta a las palabras que tienen enlaces (hyperlinks), entonces no se detiene en la publicidad gráfica por un lado, pero por el otro, tampoco permite caer en la trampa de “oprima aquí para obtener sus resultados” cuando en realidad el área seleccionable es mayor y se refiere a publicidad, en otras palabras, oprimiendo <tab> varias veces, me muestra un recorrido por los elementos seleccionables sin necesidad de detenerse en los recuadros con trampa.
·         Abrir en nueva ventana: cada uno de los elementos que me interesan prefiero abrirlos en una segunda ventana, de esta forma, lo podré ver sin todo lo que le rodea, y si acaso por error, le dí clic a la publicidad indeseable, cierro esa ventana sin necesidad de tener que regresar (back) en el navegador, porque ese back hubiera vuelto a cargar todos los elementos de la página. Así oprimiendo <ctrl> al momento de hacer clic en el enlace deseado, este nuevo contenido se mostrará en una siguiente ventana, y si no era, simplemente se cierra dicha ventana y continúa uno en la anterior sin que haya registrado movimientos que ocupen tiempo y recursos de la red.
·         Revisar la barra inferior del navegador cada vez que se pasa el mouse sobre una liga o enlace, de esta forma aparece la dirección destino en caso de oprimirlo, esto es útil porque muchos sitios o recuadros aparecen con una serie de opciones atractivas a las que un navegador experimentado no les haría clic, dentro del mismo recuadro, “dibujan” la opción “no me interesa”, “más tarde”, “cerrar”,  “cancelar” o “salir”, al estad dibujados, no son varias ligas, sino una sola que llevará al usuario a la misma dirección con publicidad, sin embargo al estar vigilando la barra inferior, el mouse puede pasarse por todas la opciones y el destino no cambia, señal indudable de trampa. Más molesto es todavía cuando esos recuadros traen dibujado el botón [X] rojo que significa universalmente cerrar la ventana, y hacerle clic de todos modos llevará a la página de publicidad. (en algunos casos donde se ha bloqueado la barra inferior, es posible analizar el destino de la liga, haciendo clic con el botón derecho del mouse y solicitado las “propiedades” del enlace, mostrará si es el mismo o no de los elementos contiguos).

·         El atajo más efectivo para evitar la publicidad es <ctrl-w>, pero también es el último recurso, <ctrl-w> cierra la ventana y toda la publicidad en ella contenida, pero también se pierde la página en la que el usuario estaba navegando. Su utilidad reside en que algunas páginas eliminan las barras de desplazamiento, el menú del navegador y hasta los botones de cerrar y minimizar, así para una publicidad no deseada y forzosa, una salida abrupta y definitiva.
Redes Sociales
Existen muchos usuarios que ingenuamente creen que el uso de las redes sociales es gratuito, pensemos directamente en FaceBook y Twitter. Antes de navegar en ellos tengamos presente que nadie cotiza en la bolsa de valores ni se convierte en multimillonaria trasnacional regalando todo lo que tiene.  Por lo tanto, cada movimiento que hacemos, cada gusto que expresamos o cada tendencia que seguimos, es recogida para integrar perfiles de consumidor. Afortunadamente la mayor parte de las veces como una forma de respeto al usuario incluyen la leyenda (publicidad o enlace patrocinado).
En Facebook, cada vez que llegan invitaciones de aplicaciones externas, solicitan otorgarle permisos, éstos incluyen publicar a nuestro nombre, enviar comunicaciones a nuestros contactos y permitir el acceso a nuestros datos personales. Aquí la única recomendación es leer con cuidado los términos de uso y vigilar consuetudinariamente la privacidad del propio perfil. Y aunque parezca sin importancia, tampoco darle clic en “me gusta” a todo lo que se nos ocurra, ese “me gusta” también fa formado un perfil de cosumidor, pero si el clic es directamente a marcas comerciales, entonces estaremos recibiendo continuamente posts publicitarios.
En twitter, cuando uno está interesado en las tendencias del momento, por ejemplo, cuando comentarios de un sismo inunda las redes, aparece una tendencia, llamada #BajedePesoconYogurth o una tendencia que diga #ElMejorSmartphone, y resulta que son patrocinados, es decir, es publicidad puesta en nuestro timeline. Otras veces sucede que una celebridad a la que seguimos hace un comentario como “Mira qué buena foto acabo de tomar con mi nueva cámara <marca> y <modelo>” y cuando se hace clic al enlace lleva a una página comercial sobre el modelo y marca de la cámara mencionada. Aquí no aplica revisar la barra inferior de la ventana del navegador, porque el mismo está recortado o codificado.
Para estas dos redes sociales y las demás que surjan mientras este texto ande por el espacio virtual de internet, el principio básico será identificar las ligas a publicidad o enlaces patrocinados y por otro lado, no dar clic a enlaces sospechosos, la sugerencia es que si el contenido que estamos buscado no está a un clic de distancia, desconfiar de él. Si tengo que dar más de dos clic´s para llegar a un contenido, cerrar la navegación.


Y nunca, nunca, navegar por hábito, usar las mismas rutas, es aprovechado para que nos cambien un día la disposición de los botones o ligas y terminemos dando clic en donde no debemos.

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