miércoles, 2 de septiembre de 2015

My Mr. Bean moment

Mr. Bean, se caracterizaba por ser tan ingenioso y poco convencional que caía en lo cómico, pero siempre salía adelante a pesar de estar a borde del caos:
Hoy por la mañana no pude desayunar. llegué a la oficina que afortunadamente si cierro la puerta nadie me ve y me dispuse a comer una sincronizada que traje, salí al microondas de la cocineta, la calenté unos 28 segundos y regresé a mi oficina, luego de darle la primer mordida, entró una llamada y se extendió porque teníamos que definir la línea a seguir en una próxima reunión, así que dí una mordida y ya se había enfriado, la sincronizada cuando se enfría cambia su consistencia, casi chiclosa, entonces pasé de contestar monosílabos a expresiones como "mmjmm", "ajá", "eh?", tengo mi cafetera dentro de la oficina, pero no tan cerca del teléfono, siguiendo en la conversación, quise servirme una taza de café y poder seguir conversando.... así que estiré el teléfono tanto como pude y con la otra mano cogí la taza, le vacié un splenda y serví café.... cuando levanté la jarra de la cafetera, se me ocurrió que si está caliente, puedo poner ahí la sincronizada y me ahorro regresar al microondas, así que antes de regresar la jarra, puse la sincronizada y el queso manchego volvió a tener una consistencia comible.... como la conversación telefónica seguía, regresé al monitor a consultar una fecha y le dí la espalda a la sincronizada en la cafetera, me dí cuenta y la volteé y casi me quemo los dedos (no puedo exclamar ¡ups!), regresé a la pantalla para terminar de afinar datos de esa próxima reunión y cuando quise volver a voltear la sincronizada, resulta que esta vez había transcurrido más tiempo que la vez pasada y la tortillina ya se había pegado a la plancha de la cafetera..... así que arranqué lo que quedaba de sincronizada (le dí otra mordida, obviamente) y ví que las cafeteras no incluyen teflón en la plancha para la jarra, se pegó ( y yo con una mano ocupada con el teléfono y tratando de seguir una conversación como si nada ocurriera), quiero mi sincronizada, pero tampoco puedo estar sin cafetera... tomé una servilleta de papel y traté de limpiar lo que se había pegado, me quemé la yema de otro dedo (y sigo sin poder exclamar ni ¡ups!), el residuo de la sincronizada se sigue poniendo café y ya no basta con raspar con la servilleta, entonces se me ocurre remojarlo con la taza de café que me acabo de servir, así que mi oficina empieza a sonar como freidora y se llena de vapor.... y yo sigo con los acuerdos a que esperamos llegar en esa reunión, entonces utilizo otras servilletas, ya mojado y casi hirviendo, sí se despega el residuo de sincronizada y lo quito, de la cafetera, con más servilletas limpio y seco el café y la servilleta mojada me quema las otras tres yemas de dedos que quedaban, escucho por el teléfono: "Así quedamos y allá nos vemos licenciado". Cuelgo y le doy otra mordida, pero el residuo que se despegó sabe a queso y tortillina con café seco...... luego de la equivocación, me llevo otro bocado de sincronizada que ya se enfrió otra vez, momento en el que empieza a sonar nuevamente el teléfono. De plano, si no desayuno otro día, me traeré un sandwich.


Imagen tomada de http://mpora.com/articles/23-signs-youre-outdoors-adventure-type-living-city#sz47SjRmpERCbVzD.97



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